Granada alberga la mejor muestra sobre dinosaurios de Europa Microorganimos capaces de «curar» pinturas
Un niño mete la cabeza entre las poderosas fauces de un dinosaurio
El Parque de las Ciencias acerca desde ayer al público el mundo de los dinosaurios a través de la exposición Dinosaurios carnívoros , una de las de mayor rigor científico producidas en Europa y que, por sus características, constituye la más importante exhibida hasta el momento por el museo andaluz. Producida en colaboración con el Museo de Historia Natural de Londres, uno de las instituciones científicas más prestigiosas del mundo, la exposición muestra con robots gigantes, réplicas de esqueletos y fósiles originales. Instalada en el Pabellón de Exposiciones Temporales, la muestra ocupa mil metros cuadrados, 600 de ellos ocupados en colaboración con el museo londinense y el resto producción propia del Parque de las Ciencias de Granada. Una cabeza animada de tyrannosaurus rex (reptil tirano) a tamaño natural recibe a los visitantes, que encuentran también una réplica de un cráneo de este mismo animal que fue hallado en un yacimiento de Montana. Con estos robots fabricados con las últimas técnicas por la compañía japonesa Kokoro, se han instalado escenas de caza y de nacimiento de estos animales. Además de comprobar cómo funcionan los robots, de los montajes audiovisuales y de los fósiles originales que se pueden ver, Dinosaurios carnívoros exhibe también areptiles vivos que recuerdan a los dinosaurios. El procedimiento parte de un examen riguroso del objeto al que se aplica la restauración, lo que permite seleccionar las bacterias más adecuadas para la tarea. Entonces se cultivan en laboratorio y se implantan sobre la superficie del objeto artístico por medio de algodón hidrófilo, que permanece en contacto con la obra durante doce horas, período en el que actúan sobre los sustancias orgánicas que se desean eliminar. En el caso concreto del fresco de Spinello Aretino se usaron unas bacterias conocidas como pseudomonas stutzeri , que tienen forma de pequeños bastoncillos y no producen esporas, pero sí las enzimas útiles. Son ellas las capaces de eliminar más de un centenar de compuestos orgánicos, tales como pegamentos o pigmentos usados en anteriores restauraciones, así como restos de contaminación. Después se lleva a cabo un lavado ligero de la superficie, con esponjas suaves bañadas en agua destilada, que «barrerán» los posibles residuos remanentes.