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Es una gran explotación con piscinas para la recogida de agua y numerosas galerías

Promonumenta descubre una mina romana de oro en La Cabrera

El díficil acceso y la naturaleza la habían mantenido oculta, ya que hasta ahora no estaba documentada

León

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Fue un descubrimiento casual, como casi todos en arqueología. Un grupo de voluntarios de la asociación Promonumenta rastreaba una zona de La Cabrera, donde en los últimos cuatro años han desplegado una intensa labor para la recuperación de los canales mineros, la mayor obra de ingeniería civil del Imperio Romano, que, inexplicablemente, han sufrido el olvido institucional. La intensa vegetación y la dificultad de un acceso absolutamente abrupto -que hasta hoy no se desvelará- habían mantenido oculta, durante siglos, una gran explotación aurífera de época romana. En un principio, los descubridores no percibieron ni por asomo la importancia del hallazgo, que han sabido mantener en secreto durante meses. Al parecer, algunos vecinos de la zona, por el aspecto del enclave -al que sólo puede accederse con un vehículo todoterreno por una pista foerestal- creyeron durante muchos años que se trataba de algún refugio de los maquis. Según Agustín Suárez, presidente de Promonumenta, se trata de una explotación minera muy importante y relativamente «novedosa» desde el punto de vista de la ingeniería romana. De época similar a Las Médulas, es posible que la mina recién encontrada en el municipio de Llamas de Cabrera fuera abandonada con posterioridad al paraje hoy Patrimonio de la Humanidad. A diferencia de éste, donde los romanos emplearon la técnica conocida como ruina montium, que ha dejado ese espectacular aspecto a Las Médulas, lade de Llamas de Cabrera es una mina subterránea, con multitud de galerías y varias «piscinas» para la recogida de agua y el lavado del mineral. Esta explotación no aparece documentada en ningún texto, al contrario de Las Médulas, que merecieron en su momento abundantes crónicas de historiadores como Plinio, quien relata en sus cartas cómo de Las Médulas salían anualmente 20.000 libras de oro. Los voluntarios de Promonumenta, que este fin de semana emprenden una nueva campaña de limpieza de los canales romanos, mostrarán hoy a los medios de comunicación y a diferentes políticos regionales y nacionales la importancia de la explotación aurífera e, incluso, aportarán datos de la producción que pudo tener en los primeros siglos de esta era. No deja de ser curioso que tanto una multinacional finlandesa como otra española busquen oro desde hace tiempo en la provincia, con modernos sistemas de detección, y no localizaran este enclave. Buscar oro en el río Los responsables de Promonumenta planean hoy «cribar» el río para averiguar si aún es posible encontrar restos del metal precioso, en una especie de demostración ante políticos y prensa para atraer la atención hacia un patrimonio olvidado hasta la fecha. De hecho, sin su trabajo, buena parte de los canales romanos de La Cabrera habrían desaparecido. Unas canalizaciones, utilizadas durante algún tiempo como canales de riego, de hasta cien kilómetros de recorrido -mayores que los de la propia Roma, de 60 a 70 kilómetros; o el de Cartago, de 90-, que permanecerían invadidos por la maleza o habrían sido destruidos sin su providencial intervención.