Arte Lancia cierra la temporada con una exposición colectiva
Ocho miradas sin ira
La exposición reúne obras de ocho artistas leoneses de muy diferentes estilos y técnicas
Los ocho artistas que exponen en la galería Arte Lancia
El curso se acaba y cada uno intenta ponerle el broche más apropiado. Arte Lancia, en una temporada en la que ha navegado con la vista puesta en nuevos horizontes, ha reunido para el acto de final a ocho artistas leoneses. Son ocho miradas, ocho visiones, ocho intenciones, que dan fe de la vitalidad del arte leonés. Hay ocho porque las paredes tienen límites concretos. En el acto de inauguración, casi multitudinario, oficiaron de grandes mariscales con mando en plaza los dos patriarcas de las letras leonesas: Victoriano Crémer y Antonio Pereira. Con referir los nombres de los artistas presentes en esta exposición colectiva bastaría, todos ellos son suficientemente conocidos y valorados. Recordemos, siguiendo el riguroso orden alfabético del que bien pudiera ser notario Nicolás Miñambres, estudioso de palabras y oraciones y puntilloso crítico literario -también presente en el acto inaugural- los misteriosos paisajes, las sugerentes soledades, que pinta Félix de Agüero. Disfrutemos de la nueva etapa del pintor del año, Luis Gómez Domingo, con su sabio empleo de la técnica que acaba siempre convirtiendose en belleza. Admiremos las clásicas composiciones de Petra Hernández, una de las pintoras que mejor ha sabido retratar los rincones urbanos y los paisajes de León. Sintamos la satisfacción de compartir la eterna juventud de Modesto Llamas Gil, empeñado en dar cada día un paso más hacia la vanguardia de las vanguardias. Sintamos la extremada sensibilidad de un gran fotógrafo, de un gran artista, José Luis Marcos, que siempre explica su discurso con la máxima sencillez. Una vez más debemos sorprendernos con los cascos guerreros para la paz y las puertas intemporales de Juan Carlos Uriarte. Cuando el gesto se convierte en pintura, se transmuta en arte, el culpable suele ser Ramón Villa, un pintor que ha domeñado al color pintando los paisajes de los páramos leoneses. Y, finalmente, deleitémonos con la pintura a veces divertida, a veces ingenua, y siempre seria en sus conceptos, del maestro de vidrieros Luis García Zurdo.