Luis Mateo Díez afirma que el hombre «precisa del alimento imaginario»
El escritor leonés Luis Mateo Díez habló ayer en los cursos de verano de San Lorenzo de El Escorial del valor de la memoria en la creación literaria y dijo que «la novela no puede morir porque el ser humano necesita del alimento imaginario». El escritor participó como ponente en el curso En la (im)postura posmodernista desde el (des)orden beatnik con una conferencia que, bajo el título de Los territorios de la imaginación , profundizó en las aportaciones de la novela del siglo XX y prestó especial atención al sentido que tiene la creación de universos imaginarios. Díez señaló que, tras la consumación del pasado siglo con una serie de novelas-fábula, «hay quien dice que la novela muere; pero la novela sólo muere en manos de quien quiere matarla». Para el escritor, el alimento imaginario que proporcionaban antes los textos, «es ahora patrimonio de la imagen, en algunos casos de la televisión, con todas sus funciones despreciables». El autor de La fuente de la edad , Premio Nacional de Narrativa en 1997, seleccionó tres novelas que recogen este espíritu de fábulas «que encierran el mensaje más estremecedor y revelador de lo que este mundo fue». La metamorfosis , de Kafka; El extranjero , de Camus; y El desierto de los tártaros , de Dino Buzzati. Para Díez, son, para Díez «son fábulas secretas y herméticas, pero en la que uno puede entrar, no sin una cierta sensación de misterio», apuntó el escritor. El escritor leonés se planteó una comparativa entre los siglos XIX y XX, en lo que a novela se refiere, y confesó que «sería difícil no decir que el mejor fue el XIX».