INTERFERENCIAS
Cachuli
ES EL PROTA del verano. Julián Muñoz para sus electores, el novio de la Pantoja para el corazón marrón y Cachuli para la confianza. No hay mañana de este agosto caluroso, en la que Cachuli no asome su personal bigotillo en un rostro alérgico al agua mineral con una voz que así lo certifica. Cachuli se forjó detrás de una barra y con una bandeja en la mano. A mucha honra, faltaría. Pero el hombre tira de un carro llenito de problemas: su enemistad con Gil, la alcaldía perdida, algunos asuntillos con la Justicia, su ex que no le perdona lo de la coplera, y la coplera, naturalmente. Demasiado para que las cámaras le olviden. Senovilla en Como la vida (Antena 3) y Giménez en Por la mañana (La Primera), se lo rifan. Alicia prefiere llamar a Gil y las grabaciones e imágenes de archivo, Giménez opta por Muñoz e incluso le entrevista en directo. En todo el tomate que se come esta tropa de culebrón puro y duro (Julián, Jesús, Carlos, Mayte, Isabel...) en torno al ayuntamiento de Marbella, se percibe en los comentaristas cierto recochineo con un punto de crueldad al límite de una educación con carencias, pero es que Cachuli, el prota, ese que un director de casting en apuros metería en un spaguetti-western como el dueño del saloon en donde la estrella es su amor, se lo gana a pulso. Ojo, la tele puede convertirle en héroe. Sería el colmo.