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La película está coprotagonizada por Nicole Kidman y dirigida por el veterano Robert Benton

Cine contra la corrección política

Anthony Hopkins presentó «The human stain», un alegato contra la hipocresía de EE.UU

Publicado por
Jesús G. Becerril venecia
León

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El británico Anthony Hopkins y la australiana Nicole Kidman son los protagonistas de The human stain que, dirigida por Robert Benton, es un ataque a la hipocresía en Estados Unidos y a la filosofía de lo «políticamente correcto». La película, proyectada fuera de concurso en el Festival de Venecia, fue presentada ayer por Benton y Hopkins, con la ausencia de Kidman, que ha aducido compromisos en Nueva York para justificarse, a pesar de que estaba anunciada por la organización de la Mostra. Inspirada en una novela del estadounidense Philippe Roth, The human stain cuenta la historia de un brillante profesor universitario (Hopkins), de religión hebrea, que cae en desgracia cuando trasciende un comentario puntual que se puede entender como racista. Contra él se desata una caza de brujas que le lleva a dejar el cargo y a entrar en un proceso de declive personal del que logra salir cuando empieza una relación amorosa con una joven a la que dobla en edad (Kidman), con un pasado turbulento y un presente gris. Esa relación no hace más que incrementar las habladurías y las críticas de una sociedad puritana frente a la que los protagonistas se rebelan. La interpretación de los actores es convincente, aunque la adaptación de libro de Roth al guión no lo es tanto, porque se acumulan los hechos, algunos poco verosímiles, a través de los recuerdos del personaje de Hopkins, que guarda un secreto que ha caracterizado su vida. Robert Benton es un veterano cineasta que escribió y dirigió Kramer contra Kramer (1982), con la que ganó el Oscar, galardón que luego repitió como guionista de Places in the heart (1984). Hopkins, que en su primera visita al festival veneciano estuvo serio y con pocas palabras, afirmó que la película tiene más que ver con el cine europeo que con el americano y que cumplir siempre con lo «políticamente correcto» es algo que produce fatiga y resulta difícil, pero no oprime.