La escritora que hizo magia

Quién iba a decir que Joanne Rowling, a quien en la escuela su profesora la sentaba en el sector de «los niños cortos de luces», y que vivió en determinadas ocasiones en la más absoluta precariedad llegaría a ser una multimillonaria y afamada escritora. Nacida en Bristol el 31 de julio de 1965, es la mayor de dos hermanas que vivieron en Bristol hasta los nueve años para después trasladarse a Tutshill, en Gales del Sur. Amante de la lectura, a los 6 años escribió su primera historia fantástica sobre un conejo. Después de licenciarse en Literatura francesa en la Universidad de Exeter, al suroeste de Inglaterra, se marchó un año a París. De regreso a Londres comenzó a trabajar como secretaria bilingüe para Amnistía Internacional. En 1991 durante un viaje en tren una idea se abrió paso en su cabeza, aunque tardara seis años en materializarla, la creación de Harry Potter, un niño huérfano, aprendiz de mago, obligado a vivir con sus insoportables tíos. A partir de este momento, Joanne dedicó los siguientes seis años de su vida a escribir Harry Potter. Llamó Harry a su protagonista porque era uno de sus nombres favoritos, y el apellido Potter lo adoptó de unos vecinos suyos.