El equipo que dirige Luis García Zurdo comenzará a restaurar tres vidrieras de la planta baja
Reabre el Taller de Vidrieras tras dos años de inactividad
Ya se ha colocado un andamio para realizar un diagnóstico previo de los vitrales
El Taller de Restauración de Vidrieras de la Catedral de León reabrirá este mes, tras dos años de inactividad, debido a un «desencuentro» entre la Junta y el Cabildo. La restauradora Ángeles Robles, quien junto a su esposo, el maestro vidriero Luis García Zurdo, coordinará este taller, afirmó en declaraciones a la agencia Efe que comenzarán a trabajar «en cuestión de días o, como mucho, semanas». De hecho, ya han colocado un andamio para efectuar un diagnóstico sobre el estado de conservación de los primeros vitrales en los que van a intervenir. Menos optimista, Zurdo pide cautela, ya que en varias ocasiones se ha anunciado la reanudación de los trabajos. «Las vidrieras se salvan trabajando en ellas y todavía no hemos comenzado. Hay primero que organizar el equipo». No hay que olvidar que la clausura del taller provocó la disolución del grupo de expertos que trabajaba a las órdenes de Zurdo, quien actualmente dirige la rehabilitación de vidrieras en las catedrales de Santiago y Ávila. Los primeros trabajos El taller, ubicado en dependencias del Seminario Mayor, acometerá en primer lugar la recuperación de tres vidrieras de la planta baja, de aproximadamente veinte metros cuadrados cada una. La Junta asignó una partida de 322.250 euros para estas obras, a través de un convenio firmado el pasado mes de abril con el que ponía fin a la «crisis» abierta con el Cabildo. Una vez finalizadas las tres vidrieras, el equipo que dirige Zurdo comenzará la rehabilitación de los vitrales de la parte superior de la Catedral. Los responsables del Taller de Vidrieras han alertado en varias ocasiones sobre el grave proceso de deterioro que sufren los vitrales de la Catedral, especialmente los más antiguos, de época medieval, afectados por la descomposición química del vidrio. No obstante, consideran que este deterioro se puede detener. Hasta su clausura, el taller consiguió recuperar unos 400 metros cuadrados de vidrieras, de los 1.800 con que cuenta la catedral leonesa. «Pido cautela. Las vidrieras se salvan trabajando y aún no hemos empezado» LUIS GARCÍA ZURDO Maestro vidriero