Sopa de King

ES QUE SALE hasta en la sopa, televisiva, naturalmente. Desde que el angelito Tony Alexander King «cantó» como autor de los crímenes de Rocío y Sonia, la tele no cesó de dar la matraca, erre que erre, dale que dale. Los magacines mal llamados «del corazón», con sus tertulianos expertos en todo cuanto alcanza el saber humano, están inmersos en una especie de vorágine inquisidora que alcanza límites de alucinación. No se trata de romper lanza alguna por este King, pero recordemos el mismo proceso pulverizador elevado a cotas indignantes al que sometieron a la inocente Dolores Vázquez. Y no cambian. Ayer (y hoy, no lo duden), Como la vida (Antena 3), Por la mañana (La Primera), y Día a día (Tele 5) no decepcionaron a su concurrencia, que al parecer no tiene suficiente. Los templagaitas se limitaron a marear la perdiz de la detención, si no se qué, si no sé cuánto. O a entrevistar a una madre cuyo hijo señaló el vecindario de Coín como asesino de Sonia, o al primer colega que tuvo King en España. Los más críticos optaron por el marrón que Scotland Yard endilgó a la policía española advirtiendo sobre el fulano y que nadie se tomó en serio. Pronto conoceremos a la dependienta que le vendía los calzoncillos, al barman que le servía las copas... Con un poco de suerte tendremos sopa de King para otra semana. Profesionalidad, si señor. Qué morro.