Cerrar

El pintor de origen alemán expone en Ármaga y presenta en León un nuevo libro

Pablo Lau, entre la pluma y el pincel en «El viejo árbol y otros cuentos»

El autor ha realizado más de treinta retratos en León durante los últimos años

Pablo Lau, ante algunos de los cuadros que expone en Ármaga

Publicado por
M. C. Santos - león
León

Creado:

Actualizado:

Cuando los colores son capaces de convertirse en gritos de jubilosa alegría y el pintor se transmuta en mago que destierra las penas con el poder mágico de sus pinceles, la pintura se convierte en el mejor antídoto contra la tristeza, contra la atmósfera gris que tantas veces nos rodea, nos agobia y nos ahoga. El espectador de la obra de Pablo Lau, enseguida percibe cómo le inunda el optimismo. Al instante siente el impacto de la alegría desbordante que emana de sus cuadros. Dice el artista con la docta sabiduría de los muchos años de experiencia, «El amarillo puro compensa, contradice, da vida a los tonos violetas, al azul ultramar, da valor a las grandes manchas de rojo oscuro, graves y parsimoniosas, en su intento de apoderarse suavemente de todo el espacio. Los amarillos y los naranjas son tonos agudos que construyen la melodía. Les ayudan de contrapunto los verdes fríos y lo azules claros...» y sigue mezclando el arco iris hasta culminar asegurando, «Los amarillos son la luz y la alegría que invade y penetra toda la composición, la libertad y la esperanza que dan paso a un próximo proyecto que aún es sólo un embrión en la mente del pintor». «Mi pintura -asegura- cada vez se queda más en el esqueleto, en lo esencial, en la síntesis. Día a día hay en ella más claridad de colores, más luminosidad». Paul Lau Brinkert nació en Alemania en 1936, pero desde el año sesenta reside en la costa alicantina. Desde allí se ha fraguado un interminable currículum que le define como uno de los más poderosos artistas de la pintura española. Lau es un hombre de figura grande y como tal de acciones lentas, de hablar pausado y meditado que, a pesar de los cuatro lustros que lleva viviendo en España, conserva el acento teutón. El pintor cambia en ocasiones los pinceles por la pluma y escribe deliciosos cuentos que divierten a los niños y hacen pensar a los mayores. Junto con la exposición pictórica que estos días ofrece en la galería de arte Ármaga, ha presentado un interesante libro titulado, El viejo árbol y otros cuentos. En él se mezclan edificantes historias de hombres y animales con sencillos dibujos alusivos y doce láminas, unas docena de serigrafías, que las ilustran magníficamente. «Hace muchos años que escribo -nos dice- y escribo mucho, el único callo que tengo en las manos es el del bolígrafo. Los cuentos de este libro se me ocurrieron porque nació un bebé y gracias a ello empezaron a bullirme las ideas en la cabeza. El libro creo que hace pensar un poco sobre el comportamiento humano, pero no tiene una moraleja. Posteriormente se me ocurrió la combinar las historias con la pintura haciendo serigrafías, una técnica que me gusta mucho por su dificultad. Todo ello se presenta en un estuche que ha quedado, creo, muy bonito. La literatura y la pintura son dos maneras diferentes de expresarse que se complementan perfectamente y no se contradicen». Pablo Lau pinta sobre todo la naturaleza en su máximo esplendor. Pero además, pinta retratos. En los últimos años ha pintado en León más de treinta retratos, lo cual es todo un récord. Pablo Lau: Sala de Arte Ármaga. Del 1 al 18 de octubre. Horario de lunes a viernes de 12.00 a 14.00 y de 18.00 a 21 horas; y los sábados de 12.00 a 14.00 y de 19.00 a 21.00 horas.