Desde la fabla al extremeño pasando por el «spanglish»
Para el lector leonés, la familiaridad con las lenguas en las que están escritos los relatos incluidos en este libro se vuelve más difusa (pero también más fascinante) a medida que se van pasando las páginas. Así, si los primeros están redactados en gallego, asturiano y leonés, nuestros dialectos más próximos, el libro continúa con el euskera ( Bizkarreko zama -La pesada carga), la fabla aragonesa ( Os cuatre cantos de o cuculo -Los cuatro cantos del cuco) y el catalán ( El senyor de Ranwoch -El señor de Ranwoch). Además del interés que poseen estos idiomas por su lejanía geográfica, el lector también podría comprobar las muchas palabras que compartimos con el extremeño (con el cuento Enfoncháu -Hundido) y las peculiaridades de otros cuentos escritos en su modalidad vernácula como el murciano o el andaluz. Junto a ellos, el divertido (y real) spanglish ( Nomah ) y una joya lingüística indiferente al paso del tiempo como es el sefardí, como lo demuestra El ijo del rey y la ija del karreador de agua .