Cuando el arte y la música espantan a «las moscas»

La crítica reconoce desde hace mucho tiempo a Eduardo Arroyo como uno de los grandes pintores españoles contemporáneos, hasta el punto de figurar entre los diez más destacados del momento actual. Pero su popularidad en León no era muy grande, a pesar de su ascendencia leonesa, hasta el inicio de la agria polémica que se levantó sobre la instalación de un grupo escultórico de este artista en la zona del Arco de la Cárcel. Quizá por eso fuera tan numerosa la concurrencia a la inauguración de su exposición La Suite Senefelder and Co., en la Sala Provincia, del Instituto Leonés de Cultura (ILC). Muchos de los presentes se acercaron, sin duda, al Edificio Fierro, por curiosidad, para conocer en persona al creador de las tan traídas y llevadas «moscas». Se manifestó el artista «sorprendido por la gran cantidad de personas que han asistido a esta inauguración. Yo he realizado muchas exposiciones y pocas veces me encontrado con un número semejante de espectadores». Explicó después el ingente trabajo que ha supuesto la realización de esta serie gráfica. «He viajado durante más de cuatro años por toda Europa en busca de las piedras litográficas que habían quedado arrinconadas en los talleres de imprenta. En muchos casos he conservado parte de los recuerdos gráficos que contenían y los he incorporado a mi trabajo». Los asistentes a la inauguración de la muestra pudieron deleitarse con la música del violonchelista, Miguel Ángel González Viñuela, que primero interpretó una suite de Bach después una pequeña obra que creó esta misma mañana inspirado por la litografías de Arroyo. « La Suite Senefelder -comentó Luis García, encargado del Departamento de Exposiciones del ILC- plantea um homenaje sincero del artista al descubridor de la litografía, Alois Senefelder, nacido en la segunda mitad del siglo XVIII. Fue la litografía un proceso técnico que transformó el mundo de la seriación artística. Esta técnica revolucionó el ámbito del cartelismo, del libro ilustrado y de la obra gráfica». Se presentan en la exposición un total de 102 obras, que han tenido una tirada de cuarenta ejemplares cada una. La técnica empleada es principalmente la litografía, pero también se muestran grabados realizados en xilografía, linografía o técnicas de huecograbado como el aguafuerte, punta seca o aguatinta. Comentó Luis García que en esta exposición «se realiza un sutil homenaje a los antiguos maestros litógrafos y, al mismo tiempo, se recupera una parte de la memoria gráfica del pasado que se proyecta al futuro como parte de una obra contemporánea. Por estas estampas desfilan los más variopintos personajes, desde los filósofos clásicos, pasando por el mundo literario y musical, sin olvidarnos de los deshollinadores o sus tan apreciados boxeadores. De alguna manera es también un homenaje a Pablo Picasso, uno de los grabadores más importantes de la historia del arte». La exposición permanecerá abierta hasta el 30 de noviembre.