El polifacético autor regresaba a Madrid tras ofrecer conferencias en Australia y Nueva Zelanda
Vázquez Montalbán muere de un infarto en el aeropuerto de Bangkok
El creador de Pepe Carvalho tenía implantados cuatro «by-pass» desde hacía nueve años
El novelista, ensayista, articulista, poeta y gastrónomo Manuel Vázquez Montalbán (Barcelona, 1939) falleció la pasada madrugada en el aeropuerto de Bangkok a consecuencia de un paro cardiaco. El deceso se produjo alrededor de media noche en Tailandia (18:00 del viernes, hora peninsular española), cuando el escritor permanecía en la sala de espera para coger un vuelo de la compañía Thal Airlines con destino a Madrid. Las autoridades aeroportuarias tailandesas tardaron más de cuatro horas en ponerse en contacto con la embajada española, quien se encargó de custodiar sus efectos personales y de iniciar los trámites de la repatriación del cadáver. El instituto anatómico forense de Bangkok llevó a cabo una autopsia para conocer con más precisión la causa del fallecimiento. Vázquez Montalbán, cuyo frágil corazón le había dado más de un susto (tenía implantados cuatro by-pass desde hacía nueve años), regresaba de impartir un ciclo de conferencias por Australia y Nueva Zelanda. Este motivo le impidió asistir a la cena de gala del último premio Planeta, fallado el pasado miércoles, pues formaba parte del jurado (emitió su voto por teléfono). El presidente de la editorial Planeta, José Manuel Lara Bosch, manifestó su pesar por la pérdida de un «extraordinario escritor» y, ante todo, por «la desaparición de un íntimo amigo con el que mantenía una fuerte complicidad». El escritor catalán estaba casado y tenía un hijo, Daniel, también literato. Abanderado de la izquierda y comunista recalcitrante, Vázquez Montalbán tenía dos fijaciones: Franco y el imperialismo yanki (siempre que se refería a Estados Unidos lo hacía de forma despectiva). Al primero le dedicó su famosa Autobiografía del general Franco , y con los americanos se despachó a gusto en numerosas columnas y ensayos: «Es una cultura que entontece a quien la sigue». Le encantaba comer bien y beber los mejores vinos del Penedés y del Priorato. Con frecuencia iba a ver a su amigo Ferrán Adriá, dueño de El Bulli, uno de sus restaurantes favoritos. «Aquí no se paladean los sabores, se paladea el arte», dijo en una entrevista. Varios de sus amigos, al conocer la noticia, se han lamentado de que sus conocimientos gastronómicos fuesen mucho más amplios que sus conocimientos dietéticos. A su personaje más popular, el detective gallego Pepe Carvalho, también le ocurría lo mismo: «Todo lo que es bueno para mí es malo para mi salud». Galardonado con numerosos premios, como el Planeta por Los mares del sur (1979), el Euskadi de Plata de las Letras y el Nacional de Narrativa por Galíndez (1990 y 1991, respectivamente), el Europeo de Literatura por esta misma obra (1992), el de la Crítica por El estrangulador (1995) o el Nacional de las Letras en este mismo año por el conjunto de su obra. Dos inéditos Militante de Iniciativa per Catalunya y acérrimo seguidor del Barça, Montalbán tenía dos libros en la imprenta cuando se marchó de viaje a Australia y Nueva Zelanda. Uno se titula Milenio (dentro de la serie Carvalho) y se publicará en dos entregas debido a su extenso desarrollo. Se trata de una novela que analiza el terrorismo internacional y los cínicos métodos con que a veces se combate. La otra se titula La Aznaridad. Por el Imperio hacia Dios o por Dios hacia el Imperio. En ella, el autor barcelonés repasa en diez capítulos «la ascensión política del inspector de hacienda de Valladolid».