El Ayuntamiento restaurará con urgencia el palacio del Conde Luna

Al final, se impuso la urgencia. El Ayuntamiento tiene prisa por rehabilitar el palacio del Conde Luna; y no sólo porque el abandono de los últimos años ha puesto en peligro la estabilidad del edificio construido en 1388. El Ayuntamiento no quiere perder la oportunidad de que el Estado financie íntegramente la recuperación de un inmueble que, pese a ser Bien de Interés Cultural y Monumento Nacional, podría desplomarse, como ocurrió con el vecino palacio de Don Gutierrre. Y únicamente tiene una oportunidad para conseguirlo, ya que en la presente legislatura la Comisión Interministerial del Uno por Ciento sólo se reunirá una vez más. El equipo de gobierno que preside Francisco Fernández aprobaba ayer de un plumazo el proyecto diseñado hace dos años por los arquitectos Mariano Sáenz de Miera y Ángel San Juan Morales para restaurar el edificio del siglo XIV, así como un informe técnico que evalúa las obras en tres millones de euros (500 millones de pesetas). El siguiente trámite será enviar toda la documentación a la Comisión Territorial de Patrimonio, para que autorice el proyecto. Evelia Fernández, concejala de Patrimonio, reconocía ayer que el Ayuntamiento, inmerso en una grave crisis financiera, no dispone de un sólo euro para salvar el palacio construido por Pedro Suárez de Quiñones y su esposa, Juana González de Bazán; uno de los últimos supervivientes de la arquitectura civil nobiliaria de la ciudad. «Pero tenemos la esperanza de que el Ministerio lo sufrague íntegramente. De lo contrario, buscaremos otras subvenciones. La Junta también tiene que implicarse», afirmó Evelia Fernández. El edificio, propiedad de la Fundación Álvarez Carvallo, que nunca ha querido venderlo, fue cedido en abril del 2002 al Ayuntamiento, quien asume la gestión del edificio durante los próximos 75 años a cambio de un alquiler simbólico de un euro. El palacio sufrirá una profunda reforma, tal y como han proyectado los arquitectos, quienes lejos de reconstruir fielmente el modelo original, apuestan por distinguir suintervención. La parte más moderna, una casa de vecinos construida a principios del siglo XX -carente de valor-, será demolida para dejar paso a una fachada completamente nueva pero en perfecta sintonía con los elementos arquitectónicos más nobles, como el emblemático torreón del XVI, cuyo techo se hundió hace años. El que fuera cronista oficial de la ciudad y director del Museo de la Ciudad, el recientemente fallecido Luis Pastrana, concluyó hace unos meses el proyecto para hacer del caserón de los Quiñones y los Bazán el Museo de la Semana Santa. Dadas las dimensiones del museo -1.700 metros cuadrados en dos plantas y un ático-, la idea es renovar cada año los contenidos. El palacio, que anteriormente fue sede del Tribunal de la Inquisición, café-cantante, funeraria y almacén de frutas, mostrará algunas de las mejores tallas, tronos, bordados, túnicas, banderas, matracas, maquetas y fotos de la larga historia de las cofradías leonesas. Los arquitectos han tenido muy en cuenta las dimensiones de algunos pasos para que encuentren acomodo temporal en el museo, cuyo interior estuvo decorado al estilo mudéjar.