Un Emperador y un Conde

EL AYUNTAMIENTO lleva más de quince años «mareando la perdiz» con el Emperador. Hoy lo compra, mañana no lo compra... Sería deseable cierta coherencia en las actuaciones relacionadas con el Patrimonio. El Emperador tiene medio siglo; es decir, no es un inmueble histórico como el palacio de Don Gutierre, que se derrumbó ante la desidia municipal, o el del Conde Luna, un edificio del siglo XIV que su propietaria, la Fundación Carballo, se ha negado sistemáticamente a vender, prefiriendo, hábilmente, cederlo por 75 años al Ayuntamiento. Entrega una ruina y recibirá dentro de unas décadas un edificio restaurado y que ha multiplicado su valor. Algo parecido ocurrió con la plaza de Toros, cuyo arreglo lo pagamos todos aunque un particular es quien se lleva los beneficios de corridas y conciertos. Y es que los responsables municipales actúan buscando exclusivamente la inmediata rentabilidad. Si hicieran política a largo plazo, habrían revisado la lista de inmuebles valiosos de la ciudad, habrían evaluado su situación y establecido unas prioridades. Si el Palacio del Conde Luna, Monumento Nacional, amenaza con desplomarse, ¿por qué el Ayuntamiento no lo expropia? Aparte de adquirirlo a su justo precio, pasaría a ser patrimonio de la ciudad. No viviremos en el 2077 para ver si la fundación Carballo cierra el Museo de la Semana Santa o nos cobra por entrar... Pero tiempo al tiempo.