Caja España busca una sede alternativa a Botines para el futuro Museo Bíblico

Caja España anunciaba ayer su intención de no albergar el Museo Bíblico y Oriental en Botines, con el fin de destinar este edificio a otros usos, al tiempo que buscará una sede alternativa para el legado del holandés Van Dijk, de incalculable valor. En una nota remitida a los medios de comunicación, la entidad de ahorro afirma que «ante las informaciones aparecidas sobre el futuro del edificio Botines de Gaudí, Caja España desmiente tajantemente la cesión del uso del citado edificio, a la vez que manifiesta que mantendrá su sede institucional en Botines y que potenciará el uso cultural y social del mismo, incrementando el espacio destinado a exposiciones y actividades ligadas a la Obra Social de Caja España. Actualmente, Botines es, asimismo, sede de la Fundación Monteleón, obra social de Caja España y del Instituto Bíblico. Sobre la sede del futuro Museo Bíblico y Oriental, aún no se ha tomado una decisión sobre su ubicación definitiva». Lo que León puede perder El empresario leonés David Álvarez, propietario del grupo Eulen y de las bodegas Vega Sicilia, y promotor del Museo Bíblico, convocó ayer a los medios de comunicación para «decir a León la importancia de un asunto cultural que espero que esté por encima de todo interés político y circunstancial». Álvarez, que ha adquirido importantes piezas para aumentar la ya de por sí valiosa colección Van Dijk -que reúne más de 10.000 volúmenes y medio millar de piezas de la civilización mesopotámica- y que él cifra en miles de millones «de las antiguas pesetas», recordó que «de León han salido muchas cosas y muchas personas». Destacó la personalidad de Jesús García Recio, sacerdote leonés experto en semíticas y alumno de Van Dijk, a quien este profesor holandés legó su colección, puso como ejemplo el Patio Herreriano, por el que este año han pasado 350.000 visitantes y que en su interior alberga una de las más importantes colecciones de arte contemporáneo que León no supo en su día «retener». «No considero culpable a nadie, pero los leoneses no supimos hacer lo que debimos. Ya a su debido tiempo lo dije y no se actuó con diligencia». Por ello, añadió el empresario leonés, «no quería que León perdiera también el Instituto Bíblico y Oriental y por eso me he puesto al frente. León tiene una posibilidad cultural que no puede dejar escapar». Aunque la intención de los promotores es que tanto el museo como la biblioteca tengan un carácter divulgativo, la importancia de estos fondos hace prever el interés de decenas de expertos de todo el mundo. Como afirmó ayer Álvarez, tenemos entre nosotros -refiriéndose a García Recio- «al hombre que conoce los orígenes de nuestra cultura».