Franco Corelli, considerado uno de los mejores tenores del mundo, falleció ayer a los 82 años de edad

Franco Corelli, el tenor de la voz de fuego, fallecido ayer en Milán a los 82 años, víctima de un derrame celebral. Considerado por la crítica mundial como el más grande tenor dramático del pasado siglo, Corelli había nacido en Ancona, en 1921 y comenzó tarde en la ópera, cuando ya tenía 30 años. Debutó como Don José en la Carmen de Bizet en 1951 y en el 1954  en La Scala junto a María Callas en La Vestale de Spontini. En 1957, hizo su primera aparición en el Covent Garden de Londres desarrollando el papel de Cavaradossi en Tosca . Corelli alcanzó fama mundial con su debut en la Metropolitan Opera de Nueva York en 1961 en el rol de Manrico de El Trovador de Verdi junto a la soprano norteamericana Leontyne Price. Corelli apareció en el coliseo neoyorkino un total de 368 veces, hasta que se retiró en 1976. Fuera de los círculos de la lírica, era un estudiante de ingeniería cuando descubrió, en forma accidental, que contaba con una voz digna de tomarse en cuenta. Abandona sus estudios universitarios y toma clases en el conservatorio de Pesaro, a una edad tardía, 23 años; tiempo después perdió la voz y pasó por varias crisis vocales, en las que pensó dedicarse a la tesitura de barítono.  Leyenda viviente, al que Diario de León dedicó hace tres años un especial como homenaje a su larga carrera profesional, se ha dedicado a la docencia durante los últimos quince años al margen de los oropeles de la vida pública, y a quien de vez en cuando se le otorgaron reconocimientos, como el Premio Bellini d'Oro, en 1996, o el concierto-homenaje de diciembre de 1997, en Viena, con José Cura y Vladimir Galouzine. Corelli fue admirado por cantantes como Callas, Tebaldi, Di Stéfano, Del Mónaco, Domingo o Pavarotti. Con él se ha ido una escuela de canto gloriosa y heroica.