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Vendió más de cuatro millones de ejemplares de sus libros, la mayoría «best sellers»

Fallece a los 77 años el escritor Vizcaíno Casas víctima de un cáncer

El autor valenciano deja una obra póstuma «Nietos de papá», que se publicará en breve

Una de las últimas imágenes de Vizcaíno Casas

Publicado por
r. s. | madrid
León

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El escritor y abogado Fernando Vizcaíno Casas (Valencia, 1926) falleció ayer a los 77 años en Madrid a consecuencia de un cáncer contra el que venía luchando en los últimos tiempos. Vizcaíno Casas, uno de los autores más prolíficos de España, deja una obra póstuma, Nietos de papá, que la editorial Planeta publicará en breve. Periodista, escritor y abogado laboralista, en los últimos veinticinco años ha vendido más de cuatro millones de ejemplares. Entre otros títulos es autor de Los imposibles sueños de un señor muy de derechas, Historias puñeteras, Celuloide casi virgen, Humor con humor se paga, Las autonosuyas, Descamisados o Hijos de papá. Infatigable hasta el final, en los últimos días todavía daba los últimos toques de su próximo libro y atendía cuestiones relacionadas con su despacho jurídico. Vizcaíno Casas falleció a las 15.00 horas de la tarde en la Clínica Ruber Internacional, según anunciaron sus familiares. El entierro tendrá lugar hoy en el cementerio de la localidad madrileña de Navacerrada. Prolífico como pocos autores españoles -publicaba casi dos libros por año-, el escritor valenciano ultimó entre los años 2000 y 2002 sus tres volúmenes de memorias, Los pasos contados, en los que además de desvelar avatares personales contó los cambios experimentados en este país en las últimas décadas. Nunca ocultó su ideología conservadora y él mismo admitía que «soy muy de derechas». Dar la mano a Dios Consideró sin ambages que uno de los grandes errores de la Constitución de 1978 fue la creación de las comunidades autónomas. En la última entrega de sus memorias, Vizcaíno Casas relevaba que un ministro de Franco, Federico Silva Muñoz, le ofreció entrar en política. «Desestimé su proposición porque para ser político hay que mentir, disimular y yo me considero una persona sin dobleces, por lo que nunca podría ser un buen político». El escritor fallecido fue distinguido con diversos premios a lo largo de su vida. Entre otros, el Premio Nacional de Teatro Calderón de la Barca, Premio Valencia de Teatro, Premio Nacional Benito Pérez Galdós de Novela o el Premio Príncipe de Dinamarca de la Academia del Humor. Aún así, se quejó en los últimos momentos del olvido y la «censura del silencio» a la que se creía sometido por la crítica y los medios de comunicación, aunque los lectores siempre le respaldaron. Acerca de la muerte, Vizcaíno Casas admitía temer el deterioro físico de la vejez y el dolor de la enfermedad. «No quiero dar el coñazo a mi familia, por eso cuando me llegue la hora quiero que sea lo más rápido posible», aseguraba. Católico convencido comentó que «el día que me muera y entre en el cielo, si entro, lo primero que haré será dar la mano a Dios, luego le daré un beso a mi madre y, posteriormente, buscaré a Lope de Vega, Alfonso Paso y a Doña Emilia Pardo Bazán para compartir con ellos el almuerzo, si es que quieren». Último adiós La capilla ardiente con los restos mortales del escritor quedó instalada en el tanatorio de la M-30. Según dijo Eduardo Vizcaíno, hijo del escritor, la familia está recibiendo numerosas llamada para mostrar el pésame y la condolencia por el fallecimiento del autor valenciano, entre ellas, la del ministro de Trabajo y Portavoz del Gobierno, Eduardo Zaplana, así como la de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, la del consejero delegado del grupo Planeta, José Manuel Lara Bosch, o la «numerosísimos amigos y compañeros».