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El artista salmantino expone en la galería Sardón una obra enérgica y colorista

Los mil colores de la tierra, en la obra de Fernando de Dios

Unos cubos transparentes ofrecen una sorprendente visión de los cuadros

Fernando de Dios posa ante una de sus obras, expuestas en cubos

Publicado por
M. C. Santos - león
León

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La galería de arte Sardón muestra desde el pasado viernes la obra del extraordinario pintor abstracto salmantino, Fernando de Dios. Un artista que tiene sus ojos permanentemente puestos en la tierra, con todas sus consecuencias: tierra que refleja la luz, tierra que se abre para recibir la bendición de la sementera, tierra que se alza orgullosa en busca del cielo, tierra que sostiene y alimenta, tierra que se transmuta en inventario magnífico de formas y colores. Tierra que el pintor retrata con energía en el gesto y generosidad en el color. Pero quizá lo que más sorprende en esta exposición es la presencia de unos cubos transparentes que en cada una de sus paredes nos muestran una obra distinta del artista. Unos cubos que se convierten en dados de lúdica apariencia y que dan una dimensión diferente a la obra de arte. «Estos cubos nacieron de una sugerencia que Carmen, la directora de Sardón, me hizo hace algunos años. Pretendía que nueve artistas crearan una obra cada uno dentro de un cubo. Los otros no tengo noticia de que lo hicieran, pero yo le dí muchas vueltas a la idea hasta encontrar el material que sirviera de bastidor, en este caso el metacrilato. Luego decidí que cada cara tenía que llevar una imagen distinta, pero que todas deberían mantener una unidad y representar un solo argumento continuo. Los he hecho en series de tres y con ellos se pueden crear diferentes formas, incluso pueden servir, además de como elementos decorativos, como mesas o lugares para poner cosas encima». La pintura de Fernando de Dios está llena de fuerza y entronca perfectamente con el mejor abstracto norteamericano de los años sesenta. «Mi pintura -dice- tiene una idea muy orgánica, muy terrestre. A mí siempre me atrajo mucho la tierra con sus innumerables cambios, con sus cortes... con los colores tan sugerentes que produce el en ella el arado, las tonalidades de la tierra en descomposición, de la tierra cuando se manifiesta como magma vivo. Esa fue la idea que con el tiempo se ha ido estirando y completando». La obra de Fernando de Dios está sujeta a la tierra y tiene por lo tanto un origen figurativo, pero después el laboratorio de las ideas la transforma en algo muy diferente. «Parto -comenta- de una base que se va estructurando, que se va fragmentando y expandiendo, hasta llegar a la abstracción. Me gusta jugar con la parte matérica, aunque esta no es nunca el final de la obra, es un apoyo, un medio, que se contrapone con la luz y el gesto y en algunos casos con figuras geométricas, para conseguir el resultado final que busco». Tierra teñida de sangre, tierra dorada por el sol, tierra negra y feraz, tierra dura y seca, tierra que se convierte en piedra, tierra que está preñada de infinitos minerales, tierra que pisamos, amamos, sentimos... tierra, siempre tierra, en la obra del salmantino Fernando de Dios. ? ? ? Hora y lugar: Galería Sardón, de lunes a sábado en horario de 11.0 a 13.00 y de 18.30 a 21.30 horas.

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