El arte busca una libertad sin nombres ni apellidos en el Centro Cultural Caja España
Los premios Caja España de artes y letras tienen un reconocido prestigio y son el mejor escaparate para inquietos creadores de todas las edades, pero sobre todo para jóvenes artistas. Estos días se puede ver en León la exposición itinerante que presenta las obras seleccionadas y, naturalmente, las premiadas, en el certamen de escultura correspondiente a este año. Al ver las obras que han llegado a la final, de ellas dos corresponden a artistas leoneses, nos damos cuenta de la necesidad cada vez más acuciante de cambiar la denominaciones y las bases de estos premios. En este de Escultura hay una buena parte de obras que poco tienen que ver con lo que pudiéramos definir como escultura clásica o, simplemente, como escultura. Tanto la obra ganadora como, por ejemplo, las de los dos leoneses seleccionados, pertenecen a artistas más dedicados a lo que podríamos denominar pintura, aunque también entre comillas, pues el astorgano Álvarez Valderrey está volcado en la fotografía digital y su posterior tratamiento en el ordenador, y Rodríguez Tascón trabaja con materiales tan poco convencionales como el vidrio y el fieltro. Pues bien, convirtiendo sus «pinturas» en estructuras de tres dimensiones, así de fácil, estas se transmutan en esculturas merecedoras de llegar a la final de concursos tan trascendentes como el de Caja España. Hay que enfrentarse a la realidad, las obras de los artistas de vanguardia no pueden ya encasillarse en términos tan superados como pintura y escultura, habrá que escoger otra denominación y convocar los concursos bajo otras premisas, simplemente tendrían que ser dirigidos al arte en general, porque hoy la mayoría de obras tienen vocación de figurar en un terreno aún no delimitado pero que, desde luego, no tiene nada que ver con los apartados que han servido para entendernos hasta hace no muchos años. En cuanto a los leoneses, Rodríguez Tascón presentó al concurso un cubo realizado con hierro, fieltro y metacrilato que se incluye en su serie titulada Cualidad Térmica . Se trata de una estructura de 80 centímetros de lado, en cuyas seis caras se pueden ver seis interpretaciones diferentes de una misma obra, realizada con pequeños cuadrados de fieltro de varios colores. Por su parte, Santos Javier Álvarez nos muestra en La ciudad en movimiento una pequeña nevera forrada con impresiones digitales de fotografías y apoyada sobre una estructura industrial. Horario: De 19.00 a 21.00 horas los laborables, de 12.00 a 14.00 los festivos.