El pintor catalán, que cumplirá 80 años el 13 de diciembre, dispuesto a seguir trabajando
Tapies, doctor honoris causa por la Universidad Complutense de Madrid
«Ante la tela en blanco las manos y el espíritu siguen unos dictados muy íntimos»
Antoni Tapies fue investido ayer doctor honoris causa por la Universidad Complutense, en un acto en el que el rector, Carlos Berzosa, emocionado, prefirió dejarse de discursos escritos y saludó de viva voz la llegada de este «catalán universal» que hace «que esta universidad sea mejor que hace una hora». «Nunca pude imaginar que saludaría y que podría abrazar a Antoni Tapies, gran artista y persona comprometida con la libertad, con la democracia y con la verdad», dijo Berzosa, después de que el artista hubiera recibido el birrete, el anillo y los guantes que le hacen doctor de la Complutense, y de que el secretario de la Facultad de Bellas Artes, José Manuel Gayoso, hubiera leído, en su nombre, su discurso. El rector, que presidía por vez primera un acto de investidura, expresó el privilegio que supone ser «testigos de su gran obra y de todo lo que ha hecho por nosotros» y, dirigiéndose a los más jóvenes de los asistentes al Paraninfo de la Universidad, quiso señalarles la «aberración» que supuso que el régimen franquista le detuviera. Tapies, que el próximo día 13 de diciembre cumplirá 80 años, preparó para la ocasión un breve texto en el que agradeció la distinción, «un estímulo precioso para seguir trabajando». Dijo que aunque ciertos curriculums lo ponen como autodidacta, en realidad estuvieron la Facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona, donde cursó cuatro años, y el entorno familiar, de gente relacionada con el mundo editoral (su bisabuelo abrió una librería que destruiría un bombardeo en la Guerra Civil), para contribuir a su formación, como lo estuvo, ya en su edad adulta, la suerte de «universidad particular» que él mismo fue formando a su alrededor. Junto a la lectura y el coleccionismo de libros esenciales, Tapies destacó la importancia de los viajes en su maduración personal y artística, al permitirle «conocer personalidades de otras civilizaciones y estudiar mejor los grandes modelos de sabiduría que nos enseñan a vivir y a aspirar a una humanidad mejor». Todo ese bagaje «va formando los posibles contenidos de la obra de arte y es fundamental para cualquier actividad humana importante», dijo Tapies, que habló también del momento «en que los artistas nos quedamos absolutamente solos ante la tela en blanco, en una misteriosa interioridad» en que las manos y el espíritu del pintor las dominan «unos dictados tremendamente complejos, muy íntimos y muy hondos». La lectura de la «laudatio» correspondió al decano de la facultad de Bellas Artes, Manuel Parralo, quien destacó la estatura humana y artística de Tapies, quien a comienzos del siglo XXI «sigue asombrándonos con su portentosa capacidad creadora». Parralo habló de la concepción integradora de los saberes en Tapies, reflejada en sus escritos y su obra plástica; de su constante búsqueda de la totalidad y la unidad; y de como su pensamiento le ha permitido «conseguir la simbiosis perfecta entre el mundo consciente e inconsciente».