«Somos un tándem perfecto»
Mansilla y Tuñón, artífices del Auditorio, creen que el premio de arquitectura avala la vocación del edifici o como elemento integrador de u na zona «qu e daba la espalda al centro»
«Somos como dos ciclistas, como un tándem; una asociación útil, una mezcla perfecta». Si en lugar de a la arquitectura, Luis Moreno Mansilla y Emilio Tuñón, se hubieran dedicado a la política quizá hubieran tirado ya la toalla. No les hubiera resultado nada fácil llevar a la práctica algunos de los fundamentos de su ideario como el convencimiento de que es posible, y fecundo, conseguir el equilibrio entre lo que nos diferencia y lo que nos une. Afortunadamente, se dedicaron a la arquitectura y ese concepto sigue siendo uno de los pilares de su quehacer profesional. Esa idea, junto a un decidido empeño en conjugar del mejor modo tradición y modernidad, late detrás de las obras que han emprendido los arquitectos madrileños cuyo trabajo está siendo reconocido con importantes galardones. El último, el premio arquitectura española 2003 por el Auditorio Ciudad de León que otorga el Consejo Superior del Arquitectos. «Claro que estamos muy contentos. Sobre todo porque el nivel de los trabajos que se juzgaron era altísimo y había mucha competencia». Habla Luis Moreno Mansilla pero puede decirse que el eco es de su colega Emilio Tuñón, tal es el grado de afinidad que han logrado a lo largo de estos años en lo personal y en lo profesional. «Nuestros instrumentos y nuestras formas de ver las cosas son similares pero las ideas son distintas, y esto es lo interesante y lo valioso». Ese buen entendimiento entre dos personas cuyos curriculum parecen dos ríos paralelos está en la clave del éxito de los jóvenes arquitectos que no han perdido una modestia que nace de tener los pies en el suelo: «Hemos tenido suerte; pero recuerdo a este respecto una anécdota del tenista Mc Enroe cuando alguien le dijo después de un partido: '¡Qué suerte has tenido!'. Y el tenista le respondió: 'Sí, y cuanto más me entreno, más suerte tengo'». Representantes destacados de una generación excepcional, en calidad y en cantidad, que ha convertido a la arquitectura española en referencia mundial, los arquitectos madrileños reconocen ser «unos afortunados» por haber tenido la oportunidad de haber comenzado a desarrollar su trabajo en un momento quizá irrepetible por la proliferación de iniciativas públicas que, además de buscar unos determinados objetivos socio-culturales, ponían el acento en la concepción del edificio en cuestión como símbolo y como polo de atracción. El Auditorio de León cumple esos objetivos pero también otro muy relevante que, a juicio de los arquitectos, ha debido pesar a la hora del premio: «Creo que se ha tenido en cuenta esa vocación del edificio como elemento integrador de una amplia zona que estaba como mirando de espaldas hacia el centro de la ciudad y que ahora contribuye a crear una especie de gran salón urbano en el que se genera un diálogo con San Marcos. Es como un homenaje al plateresco de San Marcos, al puente y al río, -a la historia de León en definitiva-, en el que unos y otros se devuelven las miradas». Mansilla y Tuñón acometen en estos momentos en León uno de sus proyectos más valientes y ambiciosos -el Centro de Arte Contemporáneo de Castilla y León, conocido como Musac- que lleva a camino de dar un vuelco a la fisonomía de una zona en pleno desarrollo como es Eras de Renueva. «Realizar dos obras tan relevantes en León supone evidentemente una responsabilidad añadida pero esto es algo que asumimos desde el momento en que decidimos ser arquitectos. En realidad somos unos afortunados por haber podido encargarnos de estos proyectos». En el Musac se conjugan muchos de los conceptos básicos que guían el trabajo de los arquitectos. «La parcela disponible era muy amplia y eso nos ha permitido marcar distancias con las edificaciones cercanas. Creemos que este espacio va a tener mucha vida; en su interior, pero también en su exterior. Arquitectónicamente podría decirse que es como una mano a medio cerrar mediante la que se crea un lugar de encuentro, un foro para estar y para pasear que entendemos le falta actualmente a las Eras de Renueva. Es también como un homenaje a los ríos leoneses que van a morir al Duero. Aunque algunos no lo vean, lo cierto es que tiene mucho que ver con el Auditorio en ese juego de interior y exterior, de luces y sombras, con esas ventanas que son como una familia, como hermanas pero distintas. Algo que tiene que ver con nuestra concepción de la arquitectura con la que queremos expresar el convencimiento de que es posible entenderse en la diversidad». Los arquitectos aseguran que, a primeros del mes de abril, concluirán las obras del centro de arte que estará en condiciones de ser inaugurado en el otoño del 2004 una vez se complete el acondicionamiento interior y queden perfilados todos los detalles relativos a la gestión y organización. «No todo puede ser hecho, pero todo lo que puede ser hecho es infinito» «Confiamos ciegamente en algo, sabiendo que tal vez es mentira» «Cuando uno está de acuerdo con el sistema de trabajo es bastante más enriquecedor diferir en las ideas particulares» «El arquitecto puede obtener una mayor libertad en su trabajo precisamente a través de una aparente limitación de esa misma libertad. Una arquitectura potencial trabaja con sistemas de constricciones autoimpuestas, específicamente elaboradas para cada proyecto»