Spots sincrónicos

PRUEBEN y vean. Ármense de mando a distancia, administren su paciencia, y comprobarán cómo se obra una especie de milagro catódico en algunas televisiones, curiosamente mal llevadas. Compiten a muerte con sus parrillas y aunque ya no se contraprograman porque es pecado, practican un curioso juego: emiten sus bloques publicitarios a un tiempo o casi. Zappeas a cualquier hora del día y verás como al menos tres de ellas (a veces se suma la autonómica, a veces) te sueltan el carrete publicitario con una sincronía insólita. Conste que es una manera más de crear alicientes al espectador. Le animas a que comprueben si a veces se rompe la norma y así se entretiene más que con los propios contenidos... Especulemos sobre la causa. Si escuchamos las razones técnicas nos dirán que los horarios van muy justos, de hora en hora o con las medias, y que cada equis minutos se produce el intervalo publicitario automáticamente. Vamos, que la informática es la culpable. Ya. También podríamos ser generosos con el medio y pensar que entre las virtudes salutíferas de la teles, está la de facilitar al espectador tiempos muertos para dedicarlos a sus fluidos corporales (y que cada uno entienda lo que mejor convenga). Qué buena gente. Ahora bien, como hay que ser mal pensados con un bicho tan maquiavélico como la tele, supongamos que lo hacen por alguna extraña razón. Pero lo hacen.