Luis Artigue: «La poesía es uno de los ámbitos de libertad que nos queda»

Expeditivo. Tajante. Radical. Y, sobre todo, vehemente. Luis Artigue es de esa clase de personas que se apasiona con lo que hace. El viernes por la noche se alzaba con el Premio Esquío de poesía por su obra El lado femenino. Pese a su edad, Artigue, columnista habitual de Diario de León, ha abandonado el limbo de las jóvenes promesas para convertirse en un autor que cuenta, y mucho, en el panorama poético actual. Sin embargo, es consciente de las dificultades de publicar poesía. Por ello, se presentó al citado premio -al que concurrían 228 autores-, uno de los más prestigiosos del país, entre otras cosas, porque el presidente del jurado, hasta su fallecimiento, fue el magistral José Hierro. «Una garantía de honradez», como reconoce el propio Artigue. El escritor leonés, que acaba de publicar la novela El viajero se ha ido, como es lógico y que vive un momento «dulce» desde el punto de vista literario, sostiene que la poesía es «uno de los ámbitos de libertad que nos queda». El autor de Por si acaso la vida o Tu aroma en la licorería, dos poemarios galardonados con un accésit del Eugenio de Nora y el Premio Leganés, respectivamente, «empleó» la beca JB (Joven y Brillante), que concede la Real Academia, para investigar sobre Safo y las poetisas lésbicas del París de los años veinte. De este profundo estudio surgió, primeramente, su novela El viajero se ha ido, como es lógico; y ahora, el poemario El lado femenino . Un tema de absoluta actualidad, especialmente en León, tras el reciente caso de «terrorismo de género». En El lado femenino Artigue aborda que «existe otra forma de ser hombre, que tiene más que ver con la igualdad. Los hombres tenemos nuestros días fuertes y débiles y no tenemos por qué sobreactuar. Todos somos hombres de cristal». Artigue, que publica semanalmente una columna de opinión en este periódico, se siente más cómodo en el territorio de la poesía. Si se le pregunta qué valor concede a los premios y si considera que están denostados, inmediatamente cambia la pregunta por otra que a él le parece clave: «¿Se puede prescindir de ellos?». En el caso de los autores jóvenes, la respuesta es contundente: «No». «Hay poco hueco y los premios son casi la única opción para publicar». Es consciente de que la poesía es un género de minorías, pero puntualiza que, aunque tenga pocos lectores son «incondicionales». En la novela, en cambio, «hay mucho dinero. Eso lo emputece todo. Ahora la verdadera ideológía está en la poesía. La gran enfermedad del mundo es la soledad y la poesía es un ámbito de encuentros». Artigue se considera poeta antes que nada, a pesar de que es de los que opinan que «el arte es uno y políglota». «Hay -dice- una gramática universal. Depende de con quién quiera entenderme, utilizo un idioma u otro. Mi novela es poesía y novela son mis poemas». A Luis Artigue le gusta hacer proselitismo entre los lectores recomendando «que compren y lean poesía, porque la poesía es la única certificación de que existe el más allá».