| Crónica | Un final súbito e inesperado |
La desaparición más sentida
La muerte apagó la voz de una autora que, según su hermana gemela, Inmaculada, «personificó vida, pasión y compromiso».
«Desde que el 1 de noviembre la ingresamos en el hospital para saber qué es lo que le pasaba y por qué estaba tan cansada y el día seis le dijeron que tenía cáncer de páncreas, y hasta ayer cuando murió, nunca perdió la sonrisa de sus labios. Nos ha demostrado una entereza extraordinaria», explicó su hermana gemela. Inma dice que ella «daba amor, conectaba inmediatamente con la gente, sabía escuchar y eso ahora lo estamos recogiendo». Hubo reacciones sentidas de escritores amigos como la del Premio Nobel José Saramago o el escritor leonés Julio Llamazares. Saramago decía ayer que sentía «dolor y rabia a la vez». «Ha sido una muerte tan instantánea y con tanto sufrimiento, que ha sido un mazazo en mi casa». Julio Llamazares vivió también el día a día de la enfermedad de Dulce y pudo asistir de cerca «al valor, el esfuerzo y la sonrisa con la que afrontó su rápida condena a muerte». «Comprometida con la literatura», la obra de Dulce Chacón tiene mucho mérito, señaló, ya que se crió en un cortijo, en el seno de una familia de derechas, y poco a poco fue descubriendo que su infancia no fue como se la contaron y afrontó con mucho valor su historia personal», dijo. Rosa Regás y Manuel Rivas coincidieron en destacar el compromiso de Chacón con la sociedad y la literatura; Suso de Toro la calificó como «una persona de una pieza» que vivía la literatura de una forma «plena» y para Fernando Delgado, la muerte de Dulce supone la pérdida de «una voz solidaria en un momento en que estamos tan faltos de ellas».