Diario de León

| Entrevista | Antonio Meléndez |

«La muestra ha permitido hacer restauraciones importantes»

El comisario destaca la importancia de la labor evangelizadora de la exposición y el hecho de que varias piezas hayan salido por primera vez para ser contempladas públicamente

Meléndez, comisario de las exposiciones de Las Edades del Hombre

Meléndez, comisario de las exposiciones de Las Edades del Hombre

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f. d. | ical

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El comisario de la exposición El Árbol de la Vida , Antonio Meléndez, asegura que la undécima edición de las muestras de arte sacro organizadas por la Fundación Las Edades del Hombre, que se cerró ayer, ha contado con un problema de organización por parte de la ciudad que la acoge. Sin embargo, el balance que hace de la muestra le permite calificarla de «muy positiva». -Cuando está a punto de clausurarse «El Árbol de la Vida», ¿qué balance hace de ella? -En una primera aproximación a la hora de hacer un balance me atrevería a calificarla de muy positiva. Fundamentalmente por tres razones básicas: porque se ha logrado transmitir el mensaje evangelizador que se proyectaba, por el alto número de visitantes que ha tenido, y por las repercusiones económicas que conlleva para una ciudad turística como Segovia, donde se ha notado en muchos de sus negocios. -¿En qué se ha basado ese primer objetivo? -El objetivo que perseguimos y que se ha logrado era que nunca una exposición de Las Edades había tenido un tema tan típicamente evangelizador como este que hemos narrado en la Catedral de Segovia, que es el meollo del Evangelio. Creo que ha podido ser captado, gracias a la sencillez del relato y por la claridad, por todos nuestros visitantes. De hecho, de las pocas protestas que hemos recibido, alguna ha indicado que estábamos en ese sentido, pues algunas personas que no conocían bien Las Edades se quejaban casi porque les había parecido una especie de Catequesis, una evangelización demasiado explícita. -¿En qué sentido han llegado las quejas de los visitantes? -Fundamentalmente en cosas tan difíciles de complacer a todos, como la temperatura del interior de la Catedral, porque había quien se quejaba del aire acondicionado en verano, cuando no había; o por la mala comunicación o falta de señalización en la ciudad. -En cuanto al número de visitantes, la exposición de Segovia se ha colocado en el segundo lugar respecto a la media diaria de entradas de todas las muestras que ha organizado la Fundación. ¿Qué opinión le merece? -En total vamos a cerrar por encima de los 850.000 visitantes. Creo que no ha habido una exposición en toda Europa que haya recibido más visitas. Sólo la ha superado la primera edición, pero por la excepcionalidad que significó la muestra de Valladolid. Salvada esa, la de Segovia será en términos relativos la de mayor éxito, pues hay que tener en cuenta que Salamanca tuvo más entradas pero duró bastante más tiempo, casi un año. Y otro tanto sucedería con la de León, que tuvo casi el millón de visitantes, pero fueron dos meses más de duración. -Aparte de los efectos positivos para la economía y el turismo de la ciudad ¿qué balance puede hacerse para la Fundación Las Edades del Hombre? -Hay que decir que en este sentido se han producido algunas críticas por ignorancia, pues no estamos subvencionados al cien por cien. Nuestros patrocinadores, la Junta de Castilla y León, Caja España y Caja Segovia, en este caso, han sufragado la mitad del presupuesto del montaje. El coste del mantenimiento de la muestra, que ha supuesto unos 200 millones de pesetas lo tenemos que afrontar con las ventas de nuestros productos, sobre todo de los catálogos. Es mucho dinero el que se necesita y nos tenemos que inventar mil fórmulas. En esta ocasión creo que vamos a ser ligeramente deficitarios. -Pero la exposición también ha conllevado la recuperación y arreglo de muchas de las piezas. ¿Se ha conseguido ese objetivo también? -No tanto como nos gustaría, pero aquí se han implicado algunas empresas y realmente creo que sí es un tema muy importante. Las repercusiones de restauración que ha tenido esta muestra respecto al significado que representa para el patrimonio son muy importantes. No sólo se ha adecentado la Catedral y se ha iluminado la nave, la girola y el claustro, sino que se han restaurado un buen número de piezas de las distintas diócesis. Algunas son muy importantes y ese trabajo de consolidación con el fin de mostrar de una forma brillante y espectacular las obras es incuestionable. -Algunos visitantes, especialmente de la región, han manifestado que han descubierto obras de arte que tenían próximas y que no había valorado. ¿No le parece interesante este aspecto en una exposición? -Todas nuestras exposiciones acaban siendo organizadas por parte de aquellos intelectuales que tienen los ojos limpios y están dispuestos a mostrar al gran público un buen número de obras que bien salen de la clausura o bien proceden de pequeñas parroquias y que han tenido grandes dificultades de acceso. De estos casos hay multitud de ejemplos, como un busto del Ecce Homo que viene de las monjas Clarisas de Villacastín; y otro procedente de otro convento de Rapariegos. Uno de los testimonios más claros lo dejaron los miembros de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, que dijeron que tenían la oportunidad de ver por primera vez algunas piezas de museo. -El actual alcalde de Segovia dijo recientemente que se encontró la ciudad con una importante falta de organización para la exposición. ¿Está de acuerdo con él? -Sí. No he querido hasta ahora manifestarme en ese sentido, pero ahora creo que se puede decir. En comparación con otras ediciones anteriores, esta ha sido la ciudad que menos se preparó para la exposición. Eso ha significado que los visitantes se han encontrado con más de una dificultad a la hora de poder aparcar y poderse mover.

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