Diario de León

El pintor y escultor Eduardo Arroyo apadrinó al artista en la inauguración de esta muestra

El lacianiego Lolo Zapico expone en la Sala Región una amplia retrospectiva

Su obra posee influencias africanas quizá motivadas por la fuerte emigración en su comarca natal

Los lacianiegos Lolo Zapico y Eduardo Arroyo, junto a uno de los «espantapájaros» típicos de Zapico

Los lacianiegos Lolo Zapico y Eduardo Arroyo, junto a uno de los «espantapájaros» típicos de Zapico

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C. Santos - león
León

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Lolo Zapico (Rioscuro, Laciana, 1953) es un pintor que estuvo a punto de no serlo. Pintó de forma esporádica hasta el año 1973, pero a partir de este momento dejó de lado el arte hasta veinte años después, en 1993, cuando el también pintor, Eduardo Arroyo vio sus obras de juventud y le animó a que volviera a ponerse ante los lienzos. Lolo Zapico ha aprovechado el tiempo y en sólo diez años ha sabido hacerse con un puesto importante en el escalafón de los pintores españoles contemporáneos. Debido a lo intermitente de su trayectoria no es un pintor de gran currículo, pero su obra está muy bien considerada por los críticos. Manifestó el artista que en esta muestra se ofrece una panorámica de su pintura en los últimos diez años, aunque, curiosamente, «el primero de los cuadros de la exposición es uno de los últimos que pinté en 1973, está realizado con pastel y un tiralíneas. Esta misma técnica la utilicé en mis primeras obras de esta segunda etapa, aunque poco a poco he ido fabricándome unas espátulas especiales para pintar a mi manera. Los temas esenciales en mis cuadros son los paisajes y las figuras, y en cuanto a técnica mezclo el pastel y el óleo». El artista presenta en su obra una intensa preocupación por la labores agrícolas y los paisajes, de ahí el título de una de las secciones de la muestra, Espantapájaros. «Es un recuerdo a los años de mi infancia, cuando veía los espantapájaros cuidando los campos de centeno de los ataques de cuervos y gorriones. Para mí estas figuras son personajes muy entrañables, con vida propia y creo que hasta ahora se les ha prestado muy poco atención, nunca habían sido pintados». Lolo Zapico presenta aquí su primera incursión en el campo de la escultura. «Esta es la primera escultura mía que se expone en una sala, es un espantapájaros de hierro de gran tamaño». Para Luis García, director del Departamento de Exposiciones del ILC, Lolo Zapico pertenece a una generación leonesa muy rica en artistas, «pero por diferentes razones esos artistas no tuvieron la potenciación ni la difusión adecuadas. El trabajo de Zapico -explicó- es lento, minucioso, callado... y muy serio. Curiosamente ese trabajo que él realiza en Villablino, en un lugar que no tiene muchas conexiones con los grandes núcleos de actividad artística, se desarrolla en un terreno muy importante dentro de las tendencias de finales del siglo XX. Lolo Zapico hace una abstracción ambigua que parte de la sugerencia simbólica de temas figurativos que lo relacionan con una pintura realista, pero que en su tratamiento formal se convierte en abstracta. Hay que resaltar las influencias netamente africanas que se aprecian en algunas de sus figuras y que bien pudieran estar motivadas por la integración de la emigración del continente negro en la comarca minera de Laciana». Horario: De 11.00 a 14.00 y de 18.00 a 21.00; festivos de 11.00 a 14.00 horas.

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