INTERFERENCIAS
El Mensaje
A LAS 21.00 de esta noche se dará una cita ya inexcusable en la tele de las últimas décadas: el Mensaje de S.M. el Rey . Suele tener un carácter protocolario y con la aparición de Juan Carlos I en antena se recuerda la existencia de la Corona como institución. Sus palabras serán recogidas al día siguiente por los medios ajenos a la prensa, que habrá de aguardar al viernes para resumir el contenido. Incluso cabe suponer que el monarca deslizará algún comentario sobre la borrasca política levantada en torno a la idea de España, cuestionada por unos, promovida por otros. Pero a lo que vamos. En tiempos tan cainitas y tan de macho caprino, casi sorprende que el Mensaje sea herramienta de concordia en cuanto canal público y privado opera en territorio español. Todas las teles, a excepción de los segundos canales (la de Valencia también lo da) y la ETB1 y 2 (al menos sus parrillas no lo recogen), harán un hueco para globalizar la intervención de Juan Carlos I. Tal circunstancia, movida naturalmente por la cortesía institucional, demuestra que es posible la concordia entre medios obsesionados por el share , los target y otras gaitas. De la misma manera que aceptan emitir al Rey, bien podrían gestionar otros compromisos comunes. Adoptar criterios globales en cuanto a poner el medio al servicio de la sociedad y no contra ella, que tal cosa es la saturación de famoseo lenguaraz e iletrado, del díjome-díjole, de ejemplarizar al vago y a toda esa panda de vivalavirgen que asoma a diario y sin conceder respiro.