El Emperador invita hoy al vals

El popular Concierto de Año Nuevo que interpreta la Orquesta Filarmónica de Viena cada 1 de enero es emulado en León por orquestas venidas de otras latitudes como es el caso de la Orquesta del Palacio Estatal de Música de Kiev, que hoy, a las 20.30 horas,  actuará en el Teatro Emperador, a las órdenes de su titular, Alexei Baklan, que ya nos visitó en otras ocasiones. Las localidades pueden retirarse en las taquillas del propio teatro de 18 .00 a 19.30 horas. La Orquesta  del Palacio Estatal de la Musica de Kiev, fue fundada hace quince años con profesores de la Academia de Música de Kiev. Hoy día, esta célebre agrupación musical, está reconocida en el mundo entero. El repertorio de la Orquesta está compuesto por obras maestras de Tschaikovsky, Ravel, Beethoven, Karl Oit Mallior, Strauss... Esta orquesta ha realizado giras con gran éxito de críticas y público por EE.UU., Japón, Corea, Alemania, Argentina, Brasil, España, Italia, Gran Bretaña y Francia y es reconocida por el virtuosismo de sus componentes, muchos de ellos brillantes solistas, así como por un excelente sonido instrumental. Durante los últimos cinco años la Orquesta ha sido dirigida por Alexei Bailan invitado en la Ópera Nacional de Kiev y los Teatros de la Ópera de Eslovenia y Japón. El público español tiene buenas referencias de Alexei Baklan, ya que fue aplaudido en el Palau de la Música de Barcelona, en el Palacio de Congresos de Salamanca, y en teatros de Madrid, Vigo, Marbella, León, Burgos, Valladolid y Alicante. Música de salón La palabra Vals, en alemán walzer, del verbo walzen, parece que entronca con el vocablo latino volvere, girar, e indica más bien un tipo de baile, un ritmo, que un movimiento musical propiamente dicho. Este ritmo en estilo ternario (3 por 4) ya lo habían utilizado grandes compositores anteriormente, pero sin denominarlo Vals, que como se ha dicho denota una forma de bailar. Su estilo, nada sofisticado, desbancó en los albores del siglo XIX a aquellas otras danzas más estáticas, como el minueto, y pasó muy pronto a ser el preferido de la juventud durante todo ese siglo y principios del siguiente. Tuvo, no obstante, muchos detractores. Unos por razones de tipo médico (se aludía a lo pernicioso que suponía girar a tal velocidad alrededor del salón de baile) y otros, los más, por razones de índole moral (no se veía con muy buenos ojos que las parejas fuesen tan apretadas girando alocadamente). Fue en Viena donde llegó a alcanzar su máxima popularidad y compositores como Lanner, Lehar y, sobre todo, los Strauss  lograron que traspasase los límites de los salones de baile. Así este peculiar estilo de música llegó a ser incluido en los programas de las más famosas salas de conciertos. Las especiales características del vals vienés, con sus delicados rubatos, la anticipación inesperada del acompañamiento en la segunda parte del compás y los cambios de ritmo, los tiempos, a veces angustiosamente lentos o estrepitosamente rápidos en lascCodas, hacías las delicias de los bailarines que, incluso desconociendo la pieza que se estaba interpretando, se ajustaban perfectamente a la música y, sobre todo, a sus parejas. Fueron muchos los compositores no vieneses, ni siquiera germanos, que incluyeron el vals entre sus composiciones. Sin embargo su estilo  es puramente vienés y se corresponde a la perfección con esa forma de composición musical a la que nos referimos, añadiéndole matices enriquecedores. Entre estos grandes compositores no vieneses que incluyeron el vals vienés en sus partituras encontramos a Puccini ( El vals de Musetta, en La Bohème) , Richard Strauss ( El Caballero de la Rosa ), Tchaikovsky ( El lago de los cisnes, La Bella Durmiente, Cascanueces ). Horario: Hoy a las 20.30 en el Teatro Emperador. Precio: 18 euros (platea) y 15 euros (anfiteatro).