Épica japonesa con sabor americano

Tom Cruise, el chico de oro de la industria fílmica norteamericana, el niño mimado del show business internacional, la sonrisa del millón de dólares, vuelve a la pantalla grande a bordo de un espectacular vehículo de lucimiento personal que, sin embargo y contra todas previsiones, no ha dado el resultado esperado. Empeñado en demostrar su valía como actor de carácter, un talento aún hoy cuestionado, ha escogido en esta ocasión la historia de un militar estadounidense que se deja seducir por la filosofía oriental y las artes marciales. Un nuevo reto interpretativo en el que también ha jugado parte importante la preparación física del ídolo de masas, sometido a unos estrictos entrenamientos que le hicieron engordar diez kilos de musculatura en brazos y piernas. Ambientada en el Japón de finales del siglo XIX, cuando las tradiciones milenarias comenzaban a chocar frontalmente con el vertiginoso ritmo que imponía occidente, El último samurái es un relato épico que nos narra la historia del capitán Nathan Algren, un veterano de la Guerra de Secesión contratado por el emperador para enfrentarse a una poderosa estirpe de guerreros. Tras caer herido en la contienda, el protagonista alterna la recuperación de sus heridas con un viaje interior, ayudado por su antiguo enemigo, Katsumoto (interpretado por Ken Watanabe, auténtica revelación de la película), que le transformará para siempre. El rumor que sitúa al film como un posible candidato a los premios Oscar, lo que podría suponer una tercera nominación para Cruise tras las de Nacido el 4 de julio y Magnolia , se presenta como probable al menos en las categorías denominadas técnicas. Como simples apuntes, para dar una ligera idea de lo que supone una producción de estas características, baste citar que la espléndida armadura que luce el novio de Penélope Cruz tardó en confeccionarse ocho meses; que la gestación del film, desde la escritura del primer guión, tardó diez años; que el rodaje de la batalla final llevó más de treinta jornadas de duro esfuerzo; o que las localizaciones elegidas fueron Japón, Nueva Zelanda y Estados Unidos. Más de 100 millones de dólares de inversión para urdir un largometraje que ha sido tachado de pretencioso o elogiado como el nuevo Gladiator . El hecho de estar protagonizado por la estrella del celuloide más importante del planeta supone un inesperado lastre de prejuicios injustos. Ideada como un convincente espectáculo visual que promociona valores como la tradición, la amistad o el honor, la película de Edward Zwick, responsable de títulos como Tiempos de gloria o Leyendas de pasión, es un drama épico, fastuoso, violento y emotivo, que resume en sus fotogramas las intenciones vistas en películas como Bailando con lobos o Braveheart , tamizadas por un sello que remite directamente a autores como Akira Kurosawa. El estreno simultáneo de la película en todo el territorio nacional, en León se estrena en dos salas (éramos pocos...), viene a confirmar las diferencias de trato entre los productos patrios y las fantasías animadas de ayer y hoy que nos vende Hollywood. Se hizo esperar Nada menos que tres meses ha tardado en estrenarse en nuestra ciudad Noviembre, el esperado segundo largometraje de Achero Mañas. Tras emocionar a crítica y público con El Bola , una cinta que recibió varios Goyas y numerosos premios internacionales, Mañas ha dirigido su mirada al sector de la juventud más activo y comprometido, tomando como base la llegada a Madrid de un aspirante a actor, idealista y con madera de líder, que ingresa en un provocativo grupo de teatro. Con claras referencias al trabajo de compañías como Els Comediants, La Fura del Baus o Els Joglars, la película supone una renovadora apuesta estética y narrativa en la que incluso se ha utilizado el sistema digital para rodar en la calle, una medida adoptada para dotar de mayor veracidad a las escenas de interacción con el público. Con un reparto en el que se alternan caras conocidas, como Ingrid Rubio, Héctor Alterio, Juan Diego o Amparo Baró, con otras que no lo son tanto, como Óscar Jaenada, Juan Díaz o Javier Ríos, Noviembre es un poderoso drama contemporáneo, innovador visualmente, que nos presenta toda la crudeza y melancolía de los cómicos callejeros. Un thriller del montón Poco prometedora se presenta la premisa de Infiltrado , un thriller de ciencia-ficción que vive su momento previo de gloria antes de vivir su auténtica edad de oro en las estanterías de los vídeoclubs. Ese tipo de película que vas a ver cuando todas las demás salas están llenas, ya saben.