El primer mural mestizo de México sale a la luz en Tlatelolco

El primer mural mestizo de México, pintado hacia 1536 con mano de obra indígena pero bajo dirección española, aparentemente tiene una superficie de 44 metros cuadrados, que en parte ya ha sido desenterrada. El mural fue descubierto en abril del año pasado enterrado debajo del convento de Santiago, en la zona arqueológica de Tlatelolco, en el centro histórico de la ciudad. La obra fue hallada durante las obras para instalar una canaleta para la evacuación de aguas de lluvia que evitara la inundación del archivo histórico de la Cancillería, ubicado en el convento, aunque la noticia salió a la luz pública recientemente. Hasta el momento han sido desenterrados cuatro metros lineales del ala oeste de un antiguo depósito de agua que funcionó durante el siglo XVI para abastecer la iglesia de Tlatelolco y el Imperial Colegio de Indios (donde se enseñaba latín y español a los aborígenes de linaje). Pero se espera encontrar todavía otros dieciséis metros del mural, que se calcula que podría haber medido 2,20 metros de altura y veinte de longitud, según explicó el jefe de la zona arqueológica de Tlatelolco, Salvador Guilliem. El trozo desenterrado representa una alegoría de la vida lacustre tras la conquista, cuando la capital azteca, Tenochtitlán, que se ubicaba sobre varias islas en el lago Texcoco, quedó como señorío español y Tlatelolco como lugar indígena. El mural está pintado en los tonos tradicionales utilizados por los indígenas en sus pictogramas antes de la llegada de los españoles: negro, azul maya, rojo, ocre y blanco. Pero también deja en evidencia la intervención española en el delineado de las figuras.