Rodajes de auténtica leyenda
Películas cargadas de desastres y aventuras, las manías de los actores y algunos de sus secretos aparecen reunidos en el libro «Este rodaje es una guerra», de Juan Tejero
¿Cómo son en realidad las estrellas de cine? Actores y actrices, especialmente los de Hollywood, son objeto de culto por parte de los cinéfilos, porque su vida, en ocasiones, supera con creces a la de los personajes que interpretan. Desde que el actor británico David Niven aireara en un libro las aventuras nocturnas de su compañero de piso, Errol Flynn -juergas con mucho alcohol y mujeres- o el mismísimo John Huston desvelara el apasionante rodaje de La reina de África, con un Bogart completamente ebrio durante la mayor parte del día y una enferma Katherine Hepburn a la que ni director ni actor prestaron demasiado caso, las biografías e historias de los divos de la gran pantalla se han sucedido -algunas con más fortuna que otras-. Y es que, en buena medida, la leyenda de Hollywood se ha forjado gracias a los rodajes conflictivos, las manías de los actores y los sucesos que les acontecieron frente a la cámara. Bajo el más que apropiado título de Este rodaje es la guerra, Juan Tejero publica ahora miles de anécdotas de rodajes famosos, como Lo que el viento se llevó o Apocalypse Now, que fueron, según cuenta, «tan apasionantes como la película en sí». El autor descubre algunos «secretos» de películas que marcaron a generaciones enteras: La loba, Duelo al sol, Escala en Hawai, Cleopatra, Moby Dick... Si los rodajes de John Huston eran casi siempre más tormentosos que los guiones de sus películas, actores como el citado Errol Flynn, Marilyn Monroe o Marlon Brando, bien podrían encabezar la lista de «caprichosos y problemáticos». También el director Francis Ford Coppola, como recoge en su libro Tejero, sufrió un verdadero infierno en Apocalypse Now, hasta el punto de que el realizador llegó a confesar: «La película no trata de Vietnam, es Vietnam». En la filmografía reciente, Harry Potter, con un escándalo de drogas, y El Señor de los Anillos, también tuvieron, tras las cámaras sus particulares pesadillas...