El Consejo de Ministros premia a casi treinta profesionales en diferentes especialidades
Victoriano Crémer recibe la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo
«Estoy muy orgulloso, aunque no la merezco porque no he trabajado más que otros»
El escritor Victoriano Crémer es el decano de los periodistas leoneses, amén de poeta, novelista, autor de ensayos, fundado de revistas, crítico de arte y cronista diario de la actualidad municipal, regional, nacional, mundial y planetaria desde su célebre Crémer contra Crémer , columna que escribe día tras día en este periódico desde hace más de una década; aunque es desde tiempo inmemorial que ha estado vinculado al Diario de León. Ayer este medio le daba la noticia de que el Consejo de Ministros había concedido la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo a una buena cantidad de profesionales españoles cuya labor ha destacado en las más diversas áreas; entre veintisietes nombres estaba también el suyo: «el escritor Victoriano Crémer». Y su primera reacción fue la que corresponde a su naturaleza socarrona, burlesca, rebelde e inconfundible: «Yo no me merezco esa medalla porque no he trabajado más que los demás, si acaso lo he hecho es a causa de una cuestión de tiempo: quizá he trabajado más ya que he vivido mucho». Y así es. Porque a pesar de rozar el siglo de vida, Victoriano Crémer es un hombre que todos los días, de forma implacable e infatigable, se dedica en cuerpo y alma a su trabajo vocacional; la escritura. De mente lúcida, ingenio agudo y un entusiasmo que para sí ya lo quisieran muchos autores jóvenes, Crémer ha desarrollado a lo largo de su vida una amplia variedad de oficios y ha escrito más de sesenta obras entre novelas, ensayos, libros de divulgación y prólogos a catálogos de arte. Además, ha recibido un sinfín de galardones, desde el Premio Nacional de Poesía Leopoldo Panero que le fue concedido en 1962 hasta el Premio León Felipe, en 1998 junto a Eugenio de Nora o el Premio de la Academia Castellano y Leonesa de la Poesía, el año pasado. También es Hijo Adoptivo de León y de Villafranca del Bierzo, Doctor Honoris Causa por la Universidad de León y Cronista Oficial de esta ciudad. Además de él, otras personalidades como José Barea, José María Entrecanales, Manuel Alexandre o Valerio Lazarov obtuvieron Medalla, que también recayó en profesionales anómimos como el albañil Pascual Arnal; el funcionario Julián Fuentes o el empresario autónomo Rogelio Gómez. ?ictoriano Crémer nació en la capital burgalesa pero ha estado vinculado a León desde su infancia. Ha sigo testigo y miembro activo de todos los acontecimientos históricos, políticos y culturales acaecidos en la ciudad desde principios del siglo XX y sobre todo ha permanecido fiel su periódico principal, Diario de León. No en vano ambos nacieron prácticamente a la vez. Nacido en 1906, en la capital del Viejo Reino vivió y trabajó en diversos oficios; desde mancebo de botica a editor pasando por tipógrafo y sobre todo poeta, periodista, locutor de radio y escritor. Sus firmes convicciones de izquierdas y su filiación al Partido Anarco-Sindicalista provocaron su encarcelamiento tras la Guerra Civil en San Marcos. En 1944 funda, con los también leoneses Eugenio de Nora y Antonio G. de Lama, la revista Espadaña , cuyo compromiso social valió a sus creadores no pocos enfrentamientos con el régimen franquista, y que hoy se reconoce como piedra angular de la renovación poética de la posguerra. En ella se canalizaron los intereses de toda una generación de poetas que encontraron en ella una adecuada salida a su expresión literaria. Crémer ha desarrollado una vasta labor literaria como poeta, articulista, crítico de arte, autor de narrativa breve y novela, etc, y en su obra ha incluido una serie de intereses que van desde las preocupaciones existencialistas a la denuncia de la injusticia social y la degeneración de los valores en la sociedad contemporánea. Poesía y prosa Entre su obra poética cabe mencionar: Tendiendo el vuelo (1928), Tacto sonoro (1944), Caminos de mi sangre (1947), Las horas perdidas (1949), Furia y paloma (1956), El amor y la sangre y Los cercos (1976). Crémer escribió una poesía impura y humanizada, que conectaba con la línea de Pablo Neruda de los años 30. Ha escrito también las novelas Libro de Caín (1958), Historias de Chu-ma-Chuco (1970) o La Casona (2001), entre varias otras, y en las que se ocupa de temas sociales. Además, es autor de una interesante y amplia obra a medio camino entre la divulgación, la erudición y la recreación histórica que resultan claves para entener el pasado más reciente de León, tales como la Tabla de valores ilustres, indinos y malbaratados de la ciudad de León y su circunstancia (1983) o La cueva del minotauro. Recuerdo y presencia de la Unión General de Trabajadores en León . Entre sus obras también pueden encontrarse catálogos de exposiciones, libros de viajes y de recuerdos del Viejo León.