Un optimista Oskar Ranz muestra sus últimas obras en Tráfico de Arte

El pintor navarro Oskar Ranz (Pamplona 1974), a pesar de que aún anda a vueltas con las obras de su casa-estudio en la Plaza del Grano, ya se siente enteramente leonés. Ranz ha decidido que la ciudad sea su asiento definitivo y, simultaneando su trabajo pictórico con la recuperación de un caserón con muchos años de historia, ha creado una serie de trabajos en los que prima una visión optimista del color y que ha titulado, ojo al dato, (la espada de Damocles) Vestir una piel nueva, cubrir la sangre vieja . En los enunciados de sus cuadros el artista es como los grandes jefes de cocina contemporáneos, no escatima literatura, así nos encontramos, en la exposición que acaba de inaugurarse en Tráfico de Arte, con Gaseosa, soja, poppers o champagne , Podría asumir que aún vivieras con tus padres, pero esto creo que no , Un hilillo de voz... (una sonrisa nerviosa) que da a entender tu desgana , Lo siento, no te preocupes. Ya le explico yo al padrino , Caliente, caliente... (se ha puesto mi mente) , Temblando o En la despedida noté tu saliva , motivo, suponemos, más de las impresiones recibidas por el pintor mientras trabajaba en sus obras, que de la intención meramente estética de cada cuadro. Explica Ranz que estas pinturas siguen la línea de «las presentadas aquí en 2001 bajo el título Despieces . Las secuencias de color están pintadas sobre un plano diferente al lienzo y transferidas luego a la superficie de este. Es un trabajo de quitar y poner, de unir y desunir, para que el lienzo sea el receptor final de una larga serie de manipulados». Asegura el artista que su estancia en León durante los últimos tiempos ha influido poderosamente en su pintura. «Todos los cambios -dice- se reflejan en el trabajo. Es muy importante situarse en una ciudad diferente, crear un espacio de convivencia, conocer a nuevas personas, hacer amigos. Ahora el contenedor ya está hecho y todo se presenta con tintes optimistas, por eso quizá haya esa nueva vitalidad en mis punturas, es una nueva vuelta de tuerca, un salto hacia delante en lo que venía haciendo». Entre el derroche de color de los cuadros de gran formato de Ranz hay, como contraste, unos carboncillos sobre papel que, si bien conservan las mismas estructuras, ofrecen una faceta completamente diferente del pintor. «Yo nunca he realizado obra gráfica y casi todo mi trabajo es en color, por eso he querido hacer estos dibujos más austeros, que amplían mi campo de actuación». Horario: De 12.00 a 14.00 y de 18.00 a 21.00; de lunes a viernes.