El Empire State se teñirá de color espinaca por los 75 años de Popeye

Con sus brazos tatuados, su sempiterna pipa, su peculiar forma de hablar y ese aire de cascarrabias con buen corazón que le hizo inconfundible, Popeye sigue siendo, después de 75 años, el modelo de los niños que quieren hacerse «más fuertes que los fuertes» gracias al súper proteínico poder de las espinacas. Popeye el marino (pop-eye, literalmente ojo estallado, en referencia a su ojo siempre cerrado) desembarcó el 17 de enero de 1929 como personaje secundario en una historieta diseñada por Elzie Segar para el Evening Journal, un diario neoyorquino. «¿Eres marinero?, le pregunta Castor, uno de los héroes de la serie. «¿Piensas que soy un vaquero?», le replica el recién nacido Popeye. La leyenda había comenzado y Popeye se convertiría pronto en la más deslumbrante vedette de una serie cómica en la que aparecía rodeado de toda una cohorte de personajes hilarantes y desmañados: los primeros fueron Oliva, su espigada novia de toda la vida, y Brutus, el eterno rival que intenta arrebatársela. Después llegarían Popa, el padre de Popeye, o su callado sobrinito, Cocoliso, que sólo abría la boca para decir «sí» o «no». Su popularidad llamó rápidamente la atención de las productoras de cine animado. Y sus propias aventuras salieron en 1933 en el marco de una serie cuya protagonista era Betty Boop. Su éxito fue inmediato y Popeye continuó su meteórica carrera en las pantallas además de los diarios y las revistas. «En 1938 Popeye reemplazó a Mickey Mouse como el personaje animado más popular en Estados Unidos», afirmó Mark Langer. En Nueva York, y durante este verano, el Empire State estará iluminado con luces verde espinaca durante tres días consecutivos para conmemorar los 75 años del viejo Popeye. Cada noche de viernes a domingo, la cumbre del edificio de 102 pisos se iluminará con el color del plato favorito de Popeye, según el administrador de este inmueble neoyorquino.