Diario de León

El artista ganó el concurso de pintura rápida de León hace tres años

Antonio de Ávila presenta sus paisajes en la Galería Sardón

El agua es, en sus distintas manifestaciones, una constante en la obra de este autor

Antonio de Ávila aprovechará su visita a León para tomar apuntes

Antonio de Ávila aprovechará su visita a León para tomar apuntes

Publicado por
Marcelino Cuevas - león
León

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Antonio de Ávila es pintor de paisajes nada místicos, de escenarios acuáticos que poco tienen que ver con la ciudad de las murallas cuyo nombre ha escogido como apellido artístico. Antonio de Ávila retrata como nadie los cambiantes reflejos del agua, las fuentes que arrullan con su murmullo la verde cortina de los árboles, las calles de los viejos pueblos lavados por la lluvia, los ríos que abrazan capitales con historia, las grises costas del Cantábrico industrial... el agua es protagonista una y otra vez en la obra de este pintor que trabaja con enorme facilidad, con indolente técnica, con manchas gestuales que capturan el movimiento incesante de loa árboles. Antonio de Ávila es pintor de crepúsculos, de paisajes con luces misteriosas, con colores en los que se anuncia la noche, que nos hablan de enigmas y de brumas. Confiesa el artista que tiene un importante deuda con la pintura rápida, con ese trabajo espontáneo de concurso inmediato en el que no cabe la reflexión. «Para conseguir muchos de los efectos que pueden verse en mis cuadros -dice- hay que hacer un gran trabajo de síntesis, hay que lograr, con solamente unas pinceladas, los efectos del agua sobre la tierra, los reflejos de un río o del mar. Eso sólo se consigue con mucho oficio, es una habilidad que yo he adquirido poco a poco, con mi participación en muchos concursos de pintura al aire libre, entre ellos en de la ciudad de León que he ganado hace tres años». Se presenta Antonio de Ávila en la sala Sardón, con el impresionante catálogo de una obra que nada tiene que ver con el momento fugaz de los concursos al aire libre. «Esta es una pintura -comenta- más meditada, terminada en muchas ocasiones en el estudio, aunque partiendo siempre del natural». Comienzos La carera de Antonio de Ávila ha pasado por momentos muy diferentes desde su inicio allá por los comienzos de los años ochenta del pasado siglo. «No siempre he pintado paisajes -asegura-, he pasado por etapas hiper realistas, impresionistas... en algún momento tuve una época dedicada con exclusividad a los bodegones, y en muchos casos me he dedicado a la figura. Pero hay facetas que reservo para mí y que no expongo normalmente, son cuadros más vanguardistas con los que participo en concursos y con los que he conseguido premios importantes como los de la Armada Española, el Ejercito del Aire, Caja Duero, Cosecha 97, y recientemente, hace solamente unos días, una mención muy importante en el premio Marca, en el que hubo más de 400 participantes». León ha sido protagonista de algunos de sus cuadros. «León tiene zonas y rincones muy interesantes para cualquier artista, yo he pintado la Catedral desde ángulos muy diferentes, y la Plaza del Grano... de este viaje me llevaré un gran bagaje de apuntes sobre León». De Ávila demuestra en esta exposición como se puede ser fiel a la pintura figurativa, sin por ello dejar de participar en la aventura de la vanguardia. Sus cuadros no son el reflejo fotográfico de un paisaje, son la representación sensitiva de unos lugares capaces de aportar emociones y sensaciones al artista.

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