Diario de León

Escritora

«Vivimos en una oscuridad roñosa»

La autora madrileña resucita los años ochenta en su novela «Castillos de cartón», la historia de un «trío de cama»

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colpisa | madrid

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«No es una novela sobre la movida. Trata de desvelar el espíritu de aquel tiempo irrepetible». Le importa a Almudena Grandes (Madrid, 1960) hacer esta precisión al presentar su nueva novela, Castillos de cartón (Tusquets), en la que bucea la esencia de aquella era libérrima, indómita y creativa. Vuelve Grandes a los luminosos ochenta a través de tres espíritus sensibles que fueron un trío de cama quebrado por un suicidio. -¿Por qué eligió tres estudiantes de Bellas Artes que se entregan al placer de vivir en los 80? -La pintura me permitía trasponer conflictos y problemas. Nunca he escrito sobre escritores. Es un coñazo que tus protagonistas hagan el mismo trabajo que tú. Pero quería que fueran creadores para organizar un juego de poder y compensarlo. Los ejes de poder son aquí el arte y el sexo. -El título sugiere un tiempo maravilloso que se desmoronó como un castillo de naipes... -Eso tiene que ver con la historia que une a los personajes. Piensan que es sólida, que les hace mejores y más felices, pero es una construcción tan frágil que no resiste ni al tiempo ni al encuentro de cada cual consigo mismo. -Los triángulos amorosos ¿están condenados al fracaso? -Quizá los triángulos triunfen, pero este es un trío, mucho más sencillo de formular, pero más difícil de sostener. -¿Está escrita desde la nostalgia? -Una nostalgia consciente de los ochenta. No quería escribir una novela sobre la movida. Trato de reflejar el espíritu de la movida, aquella curiosidad universal que convirtió el exceso en un modo de conocimiento y que excluía la culpa. Había libertad para decidir sin pensar en la opinión de los demás. Ésto no podía haber ocurrido ni antes ni después. -¿Que hacía usted entonces? -Divertirme. Hacerme mayor. En aquella época todo era mejor que ahora y todos éramos mejores que ahora. -¿Un tiempo más luminoso que el actual? -Sin duda. Evocar aquellas luces desde la oscuridad roñosa que vivimos ahora me resultó irresistible e imprescindible. -¿Qué nos queda, además del cine del Almodóvar? -El estupor. Creímos que el progreso era una línea recta. Hoy sabemos que el progreso es azar y todo puede desmoronarse y retroceder con facilidad pasmosa. -¿Habrá película? -Puede. A mi criterio es la más fácil de llevar al cine de mis novelas. Pero mí relación con el cine es paradójica. Yo creí que Los aires difíciles era inadaptable, y se están haciendo dos películas a la vez. En fin, yo diré siempre que sí al cine, ya que da una segunda vida a los libros.

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