¿Y el público?

NI LO HABÍA en Montjuic ni en la cafetería de la esquina. El amistoso España-Perú, que anteayer emitió La Primera, no interesó a casi nadie por no decir a nadie. Que el personal está hasta el gorro de fútbol, ya es tópico y mejor no meneallo otra vez, pero hay que ver lo mucho que las cosas cambiaron de un tiempo a esta parte. Juega la selección española y como si nada. Se podría pensar que la voluntariosa escuadra peruana carece del encanto galáctico , adjetivo que el fútbol convirtió en palabreja a veces incomprensible, sobre todo cuando se aplica a fulanos cuyo mérito es cobrar pilas de millones por sus dos piernas y dar patadas a un balón. Y claro, si no hay estrellas, el fútbol por la tele importa un pimiento. Que en el bar los únicos espectadores sean los camaretas , pues mira, es gratis, en casa se está calentito y encima no gastas... Pero casi, casi, lo más patético era que tampoco había gente en el estadio, que dicen va un frío que pela en Montjuïc y encima está a desmano. Eso ya lo sabía la Federación, que además sabe bien que en Catalunya, y sobre todo desde que los jugadores del Barça apenas cuentan, la gente pasa mucho de selección. No hay que ser un prodigio de la anticipación para saber que La Primera hizo un pésimo negocio con este amistoso. No es para alegrarse, pero bien mirado ya era hora de que la dictadura futbolera comenzara a tocar fondo.