Fernán-Gómez recrea en un libro la época en que los cómicos iban en tren

No se enfadó con ningún periodista. Tampoco se impacientó con el aluvión de fotógrafos que le rodearon. Amable y simpático, Fernando Fernán- Gómez (Lima, 1921) respondió con interés y buen talante al interrogatorio motivado por la aparición de su última novela, El tiempo de los trenes. ( Espasa). «¿Por qué los actores se han convertido en una plataforma reivindicativa?, me pregunta usted, señorita. Pues no sabría decirle. Es verdad que es un fenómeno a estudiar, pero yo no lo he estudiado». Cargada de melancolía, El tiempo de los trenes traslada al lector a los tiempos en que los cómicos recorrían la geografía española en vagones de tercera. «No; no hay nostalgia; al menos entendida como añoranza de un tiempo que fue mejor; yo no creo que los tiempos de antes sean mejores que los de ahora». Estructurada como si fuese una obra de teatro, la novela presenta una larga lista de personajes (la mayoría de ficción) y se divide en tres actos y un epílogo. «He querido hacer un ejercicio de sencillez, pero cada capítulo lo he concebido con una técnica distinta porque me parecía más atractivo para el lector; hay escenas dramatizadas, las hay narrativas, unas son serias y también las hay cómicas».