La publicación de «El ritmo continúa 1985-1991» devuelve al grupo a la actualidad discográfica
Regresan Los Cardiacos revisados, remasterizados y reivindicados
La formación de culto leonesa edita un cedé con 19 de sus temas más representativos
Escribieron una de las páginas más brillantes e inspiradas en la historia reciente de la música española. Los Cardiacos, una formación que aún hoy, más de doce años después de su separación, sigue siendo considerada «de culto», vuelven a la actualidad discográfica a bordo de El ritmo continúa 1985-1991 , un cedé-libro que reúne diecinueve de sus temas más representativos. Canciones propias, como La Costa Oeste, Noches de Toisón, Pepi Pop, Pánico en el hospital o Los blues de Tomás, se alternan con las excelentes versiones que realizaron de clásicos como You really got me (transformada en Te vas a enterar ), Honky Tonk Women o Can't find love. Esta última versión, un clásico de los Easybeats rebautizado como Dilo en español , fue una especie de profecía con la que este grupo de músicos leoneses adivinaba en lo que se convertiría el «indie» patrio; una amalgama sonora y creativa marcada por la lengua de Shakespeare. Pero esta no fue la única vez que el grupo formado por Kike Jiménez (guitarra y voz), Toño Pedrada (órgano saxo y voz), Macario Pérez (voz) y Carlos Suárez (guitarra y voz), se adelantaba a su tiempo. Ya desde su propia génesis, a finales de la década de los setenta, cuando eran un sexteto en el que también militaban Chicky (bajo) y Pepe (batería), fueron pioneros en la fórmula de la autoproducción. Con el acertado título de Las discográficas no dan la felicidad, debutaron en el negocio musical en formato de cassette. «Fue una distribución anómala», recuerda Kike, «porque entonces todavía era raro vender música en los bares musicales. La cinta se programaba en algunos sitios con una devoción especial porque veían que estaba completamente fuera de lo que eran los circuitos habituales». Su siguiente hazaña fue alzarse vencedores en el concurso El ritmo del verano , una convocatoria organizada por la marca Seat, para lanzar un nuevo modelo de coche, de la que salieron con medio millón de pesetas y un contrato discográfico con el sello Fonogram. Noches de Toisón Fue con ellos con quienes alcanzaron las mayores dosis de popularidad gracias a los singles Las noches del Toisón y, sobre todo, Salid de noche, un vibrante tema a ritmo de ska que sonaba insistentemente en todas las emisoras de radio e hizo peligrar la identidad musical de la banda. «Un locutor llegó a decir de nosotros que éramos un grupo de skay. Era delirante, ¿cómo se podía plantear que un grupo español se especializase en ska?, en esa época todos teníamos algún tema en ese ritmo. Si recurrimos a los grandes de la música», prosigue Kike, «vemos que todos sus discos tienen una gran variedad, sino, no podrían haber sustentado una carrera. Una cosa monotemática puede dar lugar a un disco conceptual excelente, pero si el siguiente es igual, difícilmente se sujeta». La inevitable ruptura con la discográfica no fue óbice para que Los Cardiacos siguieran publicando nuevos trabajos. Tras la edición del EP El expreso de Bengala, en el que dejaban claro su rechazo a la nueva ola y la cacareada «Movida» madrileña, fichan por el sello DRO, recién creado por aquel entonces, adoptando definitivamente el formato de cuarteto. La publicación de Nuevas aventuras coincide con un período de reflexión artística y creativa que, paradójicamente, les proporciona un buen número de actuaciones en Madrid. El abandono de Carlos, que más tarde abriría los estudios de grabación Montepríncipe en la capital de España, dejaría a la formación como trío y seriamente «tocada». La publicación de Héroes y villanos (1991) sería el epitafio artístico de una banda que, al igual que los Beatles, nunca se podrá reunir de nuevo. El fallecimiento de Macario lo hace imposible. «Él era la voz fuerte, la de Los blues de Tomás . Y no hay posibilidad de retorno, no. Sin la voz que conocía la gente cantando conmigo Salid de noche, Noches de Toisón ..., no, no puede ser». Aunque vinculados todos ellos al mundo musical; Kike alterna su trabajo en la Escuela Municipal de Música con su militancia en El Cometa Errante, y Toño forma parte del grupo Dadá Jazz, lo que hicieron en Los Cardiacos es algo irrepetible y único. Ahora tenemos la oportunidad de rescatar aquellos sonidosa en un álbum imprescindible para el que quiera entender una época caracterizada por la libertad y la experimentación rítmica.