| Obituario | Carmen Laforet |
Puntal de la narrativa del siglo
La exigua obra de Laforet mereció el reconocimiento crítico desde que ganó en Nadal a los 23 años con «Nada». Desde hace una década la escritora padecía demencia senil
La escritora Carmen Laforet (Barcelona, 1921), autora de Nada y uno de los puntales del narrativa española en la segunda mitad del siglo XX, falleció ayer sábado en Madrid a los 82 años, según confirmaron fuentes de su familia. La escritora padecía demencia senil desde hacía una década y estaba voluntariamente retirada del mundo editorial desde los años setenta. Ganadora del primer premio Nadal en 1944 con su primera novela y con sólo 23 años, Laforet marcó con Miguel Delibes y Cela el resurgir de la novela española en la segunda mitad del siglo XX. Laforet estuvo casada con el periodista Manuel Cerezales, matrimonio del que nacieron cinco hijos. Nacida en Barcelona el seis de septiembre de 1921, pasó Carmen Laforet su infancia en Canarias. De regreso a Barcelona, comenzó varias carreras -Filosofía y Derecho- que abandonó para dedicarse a la literatura, en la que irrumpió deslumbrando a la crítica con su primera novela, Nada . Fue toda una convulsión en el páramo de la literatura española de posguerra y anunciaba una renovación que dos años después confirmaría Delibes adjudicándose el Nadal y con la publicación de La familia de Pascual Duarte de Cela. Crítica a la burguesía Narraba Laforet en Nada en primera persona las desilusiones de una joven que se enfrenta al desmoronamiento de sus sueños por culpa de un ambiente asfixiante, lo que le servía a la autora de excusa para criticar la burguesía barcelonesa de la posguerra. La novela sigue vendiendo seis décadas después miles de ejemplares cada año. Tras su separación matrimonial, se instaló en Roma, donde pasó un larga temporada alejada del mundo editorial hasta que inició un trilogía que se abría con la novela Insolación y que no vería concluida. Los críticos destacan en su obra el desencanto y un realismo no exento de cierta crudeza, y su interés por las pasiones, debilidades y entusiasmos de personajes femeninos, definidos siempre con claridad, delicadeza y ternura. Mezcló en su narraciones lo autobiográfico con la ficción, pero su atípica carrera y su exigua obra obtuvieron siempre respaldo crítico y algunos reconocimientos, como el premio Menorca o el Nacional de Literatura que le llegó en 1995 con su tercera novela La mujer nueva . Tras Nada iría publicando novelas como La isla de los demonios (1952) , La mujer nueva (1955), La insolación (1963) y Paralelo 35 (1967), que marcaba el inicio de su silencio narrativo. Había publicado también dos volúmenes de relatos La llamada (1954) y La niña y otros relatos (1953). Su bibliografía se completa con dos libros de viajes Gran Canaria (1961) y Mi primer viaje a USA (1981). Pero lo más característico de su trayectoria fue el largo silencio en el que se mantuvo desde los setenta sin dar nunca explicaciones y que ya no rompería. Esta misma semana Destino anunciaba la publicación de Al volver la esquina , escrita en los años setenta. Se presenta como «una obra de madurez que pone el broche de oro a la escasa y brillante obra de la autora de Nada y La insolación . Fue su hija Cristina Cerezales quien conservó en estos años las galeradas de esta novela que la autora corrigió hace tres décadas pero que nunca devolvió a su editores, y quien mantiene el empeño de publicar todo lo escrito por su madre. Su hermano, el pintor Manuel Cerezales, había diseñado la portada. Trilogía Al volver la esquina es una novela de personajes inusuales y complejos que en el universo literario de Laforet ya habían compartido amistades estivales y adolescentes. Debía formar parte de la trilogía Tres pasos fuera del tiempo que se inauguraba con La Insolación y se cerraba con Jaque mate . Los personajes se reencontrarán en una lluviosa noche toledana, conformando un grupo de relaciones cruzadas y peculiares. Su protagonista es Martín, un pintor bohemio que, en una época de carencias y pobreza, busca sentido a su existencia, se deja llevar por antiguos sentimientos amorosos y decide compartir su vida con una familia ajena dada a la extravagancia y a la frivolidad. «Le acompaña una niña que, en principio, sólo debía viajar con él un par de días y que acabará convirtiéndose en un miembro más de esa extraña composición familiar» señala el avance . Nostalgia, amor, celos, capricho y amistad son los materiales con los que Carmen Laforet teje esta narración que los editores califican de «sublime» y la en que aseguran «el talento narrativo está al servicio de la creación de un mundo particular, hedonista y de variado cromatismo dentro del orbe gris de la posguerra española». Será un paso más en la recuperación editorial de la escasa obra de Laforet de quien se publicó recientemente Puedo contar contigo , se rescató La mujer nueva y el epistolario que mantuvo con Ramón J. Sender. 02/28/21-59/2004 1397124194