Diario de León

Periodista y escritor

«Vivimos una etapa de autocensura»

El popular periodista firmará hoy en El Corte Inglés ejemplares de su novela «Las amigas imperfectas», un libro que marca un antes y un después en su carrera literaria «Reivi

Luis del Val confiesa que le dan miedo los fundamentalismos

Luis del Val confiesa que le dan miedo los fundamentalismos

León

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Es la voz cálida de las mañanas radiofónicas de Hoy por hoy, que presenta Iñaqui Gabilondo. Cada día escribe una carta abierta; tal vez, algún día, a Dios. Luis del Val también es el «fotógrafo» del programa. En sus retratos, aparentemente amables, camufla la crítica con «efumismos sociales». Hoy firmará ejemplares en El Corte Inglés de su libro Las amigas imperfectas, que le valió el Premio Ateneo y cambió su trayectoria literaria. -En el prólogo del libro dice que la novela se la encontró en un disquete abandonado. También ha contado que se le ocurrió un día que comía con su mujer y a su lado había un grupo de adolescentes. ¿Cuál es la versión auténtica? -La segunda. Pero a los escritores nos gusta esa licencia literaria de encontrarnos manuscritos en viejas cómodas. Ahora, en lugar de en ánforas, los hallamos en disquetes. Era también una manera de justificar el femenino y singular de la narradora. -¿Es cierto que el Premio Ateneo ha marcado un antes y un después en su carrera literaria? -Indudablemente. Los periodistas que escribimos novelas necesitamos creer en nosotros mismos, reafirmarnos. Y más a estas alturas, en que la novela ha tenido una aceptación para mí no esperada. -¿Se siente más próximo al personaje de Clara o al de Julia? -Tengo gran admiración por Julia, porque me gustan los personajes rebeldes. El mundo lo sostienen las Claras, pero avanza gracias a las Julias. Ambas se complementan. -¿De dónde saca tiempo para escribir? -Soy un trapero del tiempo. Madrugo. Me levanto a las 5. La ventaja de escribir es que puedes hacerlo en cualquier parte, viajando o en la consulta del dentista. Una novela la pienso dos años y la escribo en siete meses. -¿Qué le ha dado la radio que no le diera un periódico? -Emoción. Procedo de la galaxia Gutemberg, pero en la radio me emociono y me puedo romper. Es un medio caliente. La voz llega casi como si no hubiera intermediación, mientras que la letra hay que descodificarla. La primera vez que firmé en Pueblo creí que no había mayor satisfacción. Y creo que no he tenido una sensación de plenitud como aquella; algo semejante a los primeros amores. -Ni corbata ni pajarita, ¿por que siempre usa lazo? -Me casé ya con lazo hace 30 años y no he cambiado de mujer. Es una manera de complicar a mis hijos, que no me pueden regalar una corbata el día del padre. -¿Vivimos la época más oscura de la democracia? -No soy tan pesimista. Vivimos una etapa de autocensura y de miedo a la autocensura. -¿Es usted el colaborador más «políticamente correcto» de Gabilondo? -No lo sé. Dudo de todo. Lo único que me da miedo son los fundamentalismos. No admiro a las personas de convicciones profundísimas, me dan miedo. Es difícil que me arrebate por una postura. Me siento compañero de los que me hacen dudar. -Defina en tres palabras a Rajoy y a Zapatero. ­-Rajoy es un gallego, registrador de la propiedad, que se ha olvidado de las oposiciones. Zapatero es el delegado de curso que se ha hecho con el liderazgo de los más jóvenes de la clase. -¿Las amistades pueden ser perfectas? -No. La naturaleza es imperfecta. Gracias a la imperfección evolucionó la vida. La vida intrínsecamente lleva la imperfección y se proyecta sobre lo que hace el individuo. -¿Cuántos libros lee al mes? -No más de uno a la semana: dos de narrativa, uno de ensayo y una biografía. Y en verano releo, a Stendhal, Flauvert..., Cortázar o Quevedo, que no están de moda. -¿A quién le recomendaría «Las amigas imperfectas»? -A cualquier persona que quiera sumergirse en una historia de emoción. Y si es hombre, que no tema oír la voz de las mujeres. Si es mujer, que no tema escuchar la confesión, a veces desgarrada, de otra mujer. -¿Tiene alguna nostalgia de la España de los 60 en la que comienza su novela? -No soy nostálgico. El pasado es como el retrovisor de un vehículo, una referencia necesaria; lo que no implica que me guste la historia. Cada día me encuentro a más gente que está de vuelta sin haber ido a ninguna parte. Eso me desconcierta. -¿A quién le gustaría escribir una «Carta abierta»? -Si supiera que iba a escuchar, a Dios. -Usted es aragonés y tiene casa en Alicante, ¿de qué orilla está en el tema del trasvase del Ebro? -Contra el trasvase, por el bien de los alicantinos. Les estamos creando una barrera de cemento alrededor del Mediterráneo que puede convertirse en una ruina. Cuando la economía va mal, lo primero que se hunde es la economía del ocio. El 87% del agua de este país se gasta en la agricultura, que pierde el 30% en canalizaciones que cuestan mucho y pagamos todos. La ampliación de la Europa del Este dará al traste con muchos de nuestros cultivos. Es más razonable el agua para un campo de golf que para cultivar maíz. -¿Qué hará el día de las elecciones? -Ir a votar. Fui diputado y soy consciente de que hay gente que sigue muriendo en el mundo para que sus compatriotas puedan hacer lo que nosotros podemos hacer el 14-M. No ir a votar es un desprecio a la gente que dio su vida para que se construyera la democracia. -¿Hay que inaugurar un nuevo concepto de inaugurar? -En esto, PSOE y PP son iguales. Como los animales en celo, los partidos no pueden resistirse a las inauguraciones y a la manipulación de los medios. El egoísmo político es interclasista. -¿Le gusta algún escritor leonés? -Sí, Luis Mateo Díez. -¿Es difícil ser «fotógrafo» en la radio? -No, porque las palabras se las lleva el viento y no se archivan. -Sus retratos son siempre amables... -Sí, porque el individuo está presente y sería una incorrección. Yo empleo eufemismos sociales. Si es cuellicorto, digo que tiene el cuello poderoso... FIRMA DE LIBROS Lugar: El Corte Inglés. Hora: De 18.30 a 20.30.

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