Diario de León
Publicado por
MIGUELANXO FERNÁNDEZ
León

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UNA VIUDA reciente elige ataúd para su marido en la renovada funeraria de los Fisher & Sons. Coge el más asequible entre un muestrario realmente alucinante, porque la muerte ya es una cuestión de marketing. Era otro episodio de A dos metros bajo tierra, el insólito serial que emite La 2 como plato de paladares exigentes. Ni sus temas se prestan al ji-ji, ja-ja, ni es plato de gusto observar como preparan los cadáveres. La viuda en cuestión era una vidente y al parecer conversaba con su esposo muerto como si tal cosa. Planteado con una luz apagada, casi tétrica, el episodio tenía mucho de deprimente. Lo que se dice, televisión de altura. Unas palabras de la señora aludiendo al «sufrimiento» que percibía entre aquellas paredes, marcó la pauta del episodio. Resultaba que uno de los hermanos creía sentir muy cerca al padre muerto, que los guionistas resuelven haciéndole aparecer físicamente aunque en una lograda atmósfera irreal, fantástica, muy elaborada de iluminación. De propina unos diálogos y unos personajes que empalidecen a cualquiera de las teleseries que aquí se facturan (As leis de Celavella, actualmente en antena en TVG, es la primera en tomarse en serio la apariencia visual). Apenas hay música, la planificación busca el efectismo sin caer en el amaneramiento. Hacer una sitcom se antoja juego de niños ante los dramas de A dos metros najo tierra.

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