Rafael Escuredo: «Tenemos que crecer en educación y rebeldía»

El Club de Prensa del Diario de León, una «ventana abierta a todas las ideas», como lo calificó en el acto de ayer su director, Alfonso García, acogió la presentación de dos ensayos escritos por sendos autores comprometidos con el pensamiento social y humanista: Por un socialismo participativo , de Rogelio Blanco, escritor y filósofo leonés; y Andalucía irredenta , de Rafael Escuredo, abogado y ex presidente de la Junta de Andalucía. Ambos autores fueron presentados ante la audiencia por la candidata al Congreso por el PSOE de León, Amparo Valcarce, y por Alfonso García. En su intervención, Valcarce habló de Escuredo como «el hombre que tuvo un sueño», y «el hombre que soñó Andalucía» en clara alusión al histórico discurso de Martin Luther King, y leyó además un párrafo de una de sus obras clave, El enigma andaluz ; en el que se ponía de manifiesto la necesidad que esta región tiene de vencer el tópico de «tierra de promisión» y alcanzar el verdadero desarrollo. Por otro lado, de Rogelio Blanco dijo Amparo Valcarce que es «un radical del pensamiento» y recomendó su libro por constituir una verdadera interrogación «sobre un nuevo socialismo» y reflexionar sobre la capacidad del ideario socialista para «paliar las desigualdades y actuar en favor de la paz». A continuación, Rogelio Blanco realizó una aproximación al ensayo de su compañero y amigo, y Rafael Escuredo hizo lo propio con el del leonés. Blanco ensalzó el lenguaje «ágil y periodístico» del ex presidente andaluz (el libro reune una serie de artículos aparecidos en prensa) y lo denominó «gran conocedor de la realidad» de aquella autonomía, especialmente por haber sido activo «protagonista» de esa realidad. A Andalucía la llamó «árbol híbrido de culturas» y realizó un paralelismo entre el «irredentismo» de esa comunidad y el «irredentismo, de otro tipo, de León», donde, si en los momentos clave de los años 80 «hubiéramos contado con un político como Escuredo, ahora estaríamos hablando de otras cosas». A su vez, Escuredo, alejado del nacionalismo (que es el «miedo al otro» y el narcisismo, dijo Blanco) pero apasionado por su tierra, anunció que el camino para salir del irredentismo, en cualquier región, reside en que «son los hombres los que tienen la respuesta, en quienes hay que confiar, no en los dioses». También alabó el socialismo participativo que defiende Blanco y reclamó para España un gobierno socialista y un crecimiento «en educación y rebeldía»