Planeta saca la segunda parte de la última novela de Montalbán

Pepe Carvalho y Biscúter, como viajeros que huyen, se habían lanzado a una vuelta al mundo tan monumental que la última novela de Manuel Váz-quez Montalbán (Barcelona, 1939, Bangkok 2003) no cabía en un solo libro. Planeta publicó poco después de la muerte del escritor el primer volumen de Milenio, esta novela gigante en la que, aprovechando la necesidad de huir, Carvalho pasa revista a los problemas del mun-do desde su particular mirada sentimental y descreída. La aventura del detective y su peculiar escudero se dete-nía justamente en la ciudad en la que murió su autor. Planeta publica ahora la segunda parte de la novela que lleva como subtítulo En las antípodas, para remarcar que la intención del escritor era darle la vuelta al calcetín del presente para de-mostrar hasta qué punto falta algo de sentido en el globo terráqueo. En Bangkok se inicia la segunda parte del viaje, un viaje que el propio escritor no pudo realizar, y en el que los dos fugitivos de la realidad, del mundo y de sus incoherencias van a encontrar extrañas compañeros de viaje: entre ellos, un etarra excarcelado que tiene un velero y que los ayudará a atravesar el Pacífi co para llegar a Sudamérica. Sorpresas El segundo volumen de Milenio, que no es una secuela, sino una continuación, vuelve a deparar alguna sorpresa a los lectores más fieles de la serie Carvalho. Sigue a la primera mitad en el descubrimiento de Biscúter como personaje activo, con iniciativa y hasta con retórica dialogal. El detective, en cambio, mira el mundo de manera diferente, está al final de un viaje que, en su particular modo de enfrentarse a la vida, parece también el final de algo más importante. Carvalho se pone melancólico y no parece que sea herencia del origen gallego de su familia. Montalbán continua en el juego de utilizar la referencia de los grandes viajeros de la literatura, Fogg y Picatoste, Quijote y Sancho, para hacer una singular crónica del estado del mundo. La segunda parte confirma lo apuntado en la primera en lo irónico y en lo documental. Con los ojos de Carvalho y Biscúter Montalbán observa el mundo y pone opi niones del menos común de los sentidos: el sen tido común.