Una nueva Esperanza para León

?i el acto no estuviera previsto desde hace días, resultaría premonitorio. La Catedral abre sus puertas mañana y pasado a la Virgen de la Esperanza. Ni lágrimas ni dolor, sólo serenidad. Así describe el artista sevillano Miguel Bejarano el rostro de la talla que ha realizado para la cofradía leonesa Nuestro Padre Jesús Sacramentado, por encargo de una hermana que ha costeado la obra y prefiere permanecer en el anonimato. La nueva Virgen, que se procesionará el Sábado de Dolores junto a la imagen titular de la cofradía, el Cristo de la Esperanza, ha sido tallada siguiendo las técnicas tradicionales de policromado que se empleaban en el siglo XVIII, conforme a los tratados de Francisco Pacheco, pintor de cámara del rey y suegro de Velázquez. Bejarano trabajó sin descanso durante cuatro meses para dar forma a una madera de cedro real traída de Latinoamérica hasta conseguir una figura de 1,80 de altura y cuerpo articulado para ser vestido. «Todo», insiste el escultor, «ha sido realizado a mano»; incluídas las pestañas postizas, de pelo de marta, y pegadas una a una con cola negra de carpintero. No es la primera obra del artista sevillano que se procesiona en León, donde llevan su firma un cristo resucitado de Laguna de Negrillos, así como dos pasos de la cofradía del Gran Poder, el Cristo en la oración del huerto y Santa María Magdalena y Santa Marta. Bejarano, seguidor de la escuela neobarroca sevillana y discípulo de uno de los mejores imagineros del siglo XX de la capital hispalense, Sebastián Santos Rojas, no piensa perderse la ceremonia de «bautismo» de su obra. Será mañana, a partir de las seis y media de la tarde, en la Catedral. Durante dos días, los leoneses podrán contemplar el esmero que ha puesto el escultor en el rostro de esta Virgen, cuyos ojos son de cristal y muestra la boca entreabierta, de forma que tanto los dientes como la lengua han sido labrados con minuciosidad para dotar a la imagen de mayor expresividad. También el pelo ha sido esculpido insinuando una sobria melena sobre sus hombros. El trono La cofradía Nuestro Padre Jesús Sacramentado ha encargado un trono con palio a un taller de Ciudad Real para la Virgen de la Esperanza, que irá colocada sobre una peana y será pujada por sesenta braceros. El trono, realizado en madera, aluminio y plata, ha sido repujado con una rica ornamentación y lleva en su frontal el escudo de la cofradía; y el de León, en la parte posterior. Bejarano, que pertenece a la hermandad de Santa Marta de Sevilla, conoce las procesiones de León «sólo por vídeos y libros». Del taller de este escultor hispalense de 36 años, situado en la calle Guadiana de la ciudad hispalense, han salido numerosos pasos de Semana Santa que se encuentran repartidos por media España. La cofradía de Jesús Sacramentado, adscrita a San Isidoro y cuyo hermano mayor honorario es el abad emérito Antonio Viñayo, es una de las más jóvenes de la Semana Santa leonesa. Sin embargo, ha realizado una importante labor de restauración. El pasado mes de septiembre, la Virgen de la Piedad de San Isidoro volvía a la basílica después de tres meses de ausencia. La recuparación de la imagen, llevada a cabo por la leonesa Beatriz Real y sufragada íntegramente por los hermanos de la cofradía, permitió no sólo salvar una imagen que se encontraba seriamente dañada, sino descubir que se trata de una obra más antigua de lo que se creía, posiblemente de finales del XVI o principios del XVII. Esta Semana Santa la Virgen, denominada también del Milagro, volverá a ser procesionada por la cofradía de Jesús Sacramentado, pero con «una nueva cara».