Ilegales: «Siempre hemos tenido una clara vocación anarquista»

Incombustible, superviviente y muy poco correcto, políticamente hablando, Jorge Martínez, líder y espíritu de la banda Ilegales desde hace más de dos décadas, vuelve al ruedo discográfico, con los consiguientes kilómetros de carretera, a bordo de Si la muerte me mira de frente me pongo de lao , una nueva ración de canciones con las que el grupo inaugura también su flamante sello discográfico, La Casa del Misterio. «En Ilegales siempre ha habido una clara vocación anarquista y ahora mismo ya no contamos con nadie, ni para grabar discos, ni para organizar las giras, ni para la promoción, lo hacemos todo nosotros», afirma Jorge. La intensa actividad que desarrollan a uno y otro lado del Atlántico, «estamos en un periodo de hiperactividad», les trae esta noche a la sala Cotton, en Ponferrada, para presentar un álbum marcado por el contundente rock que siempre ha cultivado el autor de temas como Soy un macarra , Hola mamoncete o Eres una puta . En esta nueva entrega dirige su mirada hacia la prostitución, en el tema Chica del Este , «tengo muchas amigas en clubs de alterne, practicamos entre todos nuestro inglés infame»; un delincuente juvenil, en la historia de El demonio , «oí hablar a la policía con cierta admiración de él y estudié el tema»; o las relaciones paterno-filiales, en Libérate; «hablo de la habilidad para conseguir que tu padre te eche de casa, y de la habilidad del padre para saber echarte en el momento justo. Algo que últimamente se retrasa mucho». La creación de un sello discográfico propio es el resultado de un largo proceso de desgaste en el que Jorge sigue buscando su merecido lugar en el mercado. «La industria del disco no está tan mal como nos hacen creer, de nuestro anterior disco vendimos más de 30.000 copias, lo que no está nada mal. La causa habría que buscarla en el trato que te dan las compañías, francamente abusivo, así que es mejor hacerlo todo uno mismo. Se quejan de todo pero son los verdaderos malos de la película». Además de estrenar discográfica, «que ha nacido con clara vocación de desaparición», el grupo retoma su formación original de trío por dos razones: «Porque no llevamos amplificadores, así que nos podemos mover muy rápido por toda España, podemos ir a donde queramos, llevo las guitarras desmontadas en la maleta para que Iberia no... (risas)». Y la segunda razón: «Controlar a tres Ilegales ya tiene sus dificultades, imagínate controlar a cinco, y además tiene la ventaja de que tocamos a mucha más pasta en los repartos». Más de dos décadas en activo avalan la trayectoria de un músico que comenzó a hacer historia en el pop-rock español desde, prácticamente, su primera actuación. Su controvertida presentación en el madrileño Rock-Ola de primeros de los 80, una actuación que terminó siendo una batalla campal, fue el inicio de una trayectoria en la que se incluyen trabajos como Agotados de esperar el fin , Todos estamos muertos , Regreso al sexo químicamente puro o El apóstol de la lujuria . Han pasado por la movida madrileña, el punk, el techno y el house, haciendo rock and roll contundente y con principios. «Siempre fuimos ajenos a todo, tenían terror a que tuviéramos éxito y sin embargo fuimos el grupo que más tocó del 85 al 88, hasta que me di cuenta de que estábamos enfermos y teníamos que parar». Esta noche tienen un reencuentro con una audiencia que ya ha disfrutado con ellos en anteriores ocasiones. «Un público muy bueno, caliente, con ganas de divertirse y con una gran resistencia al alcohol. Estuve tomando copas hasta muy tarde y se les veía muy enteros (risas)». Hora: 00.00. Precio: 15 euros.