R.I.P., G.H.VIP

REQUIÉSCAT in pace, Gran Hermano VIP, que esta noche dará sus últimas imágenes. Un reality show que pese a su rating en el entorno de los cuatro millones, con sus naturales picos y valles, apenas logró trascendencia mediática como no fuera en la propia Tele 5 y su estrategia de la fagocitación, irrumpiendo en varios de los espacios diarios ocupados en estas trapalladas. Fue Marlene Morró la encargada de animar el patio con su exhibicionismo de garrafón y sus salidas de tono, sobre todo eróticas de perfil bajo, de un ordinario selfcore. Sobre todo cuando lo suyo con Fabio Testi, aquel refregado mamario, bañera y espuma incluidas, que tanto mosqueó a una tal Almudena, entonces pareja del galán italiano. La irrupción de El castillo de las (de)mentes prodigiosas en Antena 3, que además compite hoy con Gran Hermano VIP, demuestra que todavía queda algo por inventar en esta peculiar Celtiberia Show que las televisiones se empeñan en santificar, pero como dice el tópico «algo huele a podrido en San Francisco...». O lo que es lo mismo, que pese a su condición de privadas, Tele 5 y Antena 3 pronto deberán reorientar el rumbo de sus contenidos si sale adelante la revolución de Zapatero en TVE. Que la tele es evasión, nadie lo dude. Y que no puede renunciar a eso, tampoco lo dude nadie. Pero estrellitas como Morró & Co, que se vayan con su leria a otra parte.