Con otra piel de León

QUIERO EXPRESAR de antemano que ésta será la última réplica que haga en relación a la opinión del señor  Nepomuceno sobre el estreno de la obra musical y de danza Der Dämon en León . Y ello fundamentalmente por respeto al numeroso público que agradeció con sus aplausos, comentarios y adhesiones una puesta en escena que combina diferentes lenguajes artísticos y que ha sido gestada en León con el entusiasmo de muchas otras personas también de esta tierra. De igual manera, ante la  ausencia evidente de una reflexión o discrepancia, en lo artístico y musical, con algo más de enjundia y análisis por parte del señor M.A.N. Cierto que no se prodiga demasiado en las críticas de danza de las compañías que han pasado por el Auditorio, y sí en lo concerniente a éste último, verdadera caja de Pandora de sus  enconados comentarios hasta hace bien poco. Para continuar aclarando algunas cuestiones de índole formal,  los términos de esta producción en lo económico son responsabilidad de la Fundación Siglo para las Artes de Castilla y León, quienes apostaron hace más de un año por León en el campo de la danza (la primera en este ámbito de las artes escénicas) y quizá el crítico debería cuestionarles  la  valoración en la aprobación de un presupuesto para una obra en la que han intervenido durante varios meses cerca de treinta  personas, entre profesionales y artistas, y se ha realizado íntegramente en León. En cuanto al equipo artístico le reitero, como usted conoce, que no  he formado parte en esta ocasión, y sí en la autoría de la pieza en 1988. En cualquier caso tampoco veo delito alguno, de algo que forma parte de mi vida, después de veinte años de trayectoria artística. Otro tema para su ataque, las invitaciones. Hombre, señor M.A.N. quizá debería entenderse como un acierto del Ayuntamiento de León, coproductor de la obra, en  el ánimo de fomentar y potenciar el acercamiento a la danza contemporánea en nuestra ciudad. Una ciudad que desde la apertura del Auditorio ha incrementado notablemente el interés y en progresivo aumento hacia la danza y espectáculos que no encontraban el marco para su representación. Y en algo estamos de acuerdo, mire, aunque con algún matiz. La prensa, y en general los medios de comunicación deben jugar un papel formidable en la proyección de nuestros valores culturales. Auténticos vehículos de transmisión que propulsan las inquietudes y curiosidad de quienes habitamos pueblos y ciudades. Sectores como el cine, el arte o las letras, y no digamos las artes escénicas les están ciertamente agradecidos y deben caminar en estrecha relación . Pero, en fin, le animo a que siga siendo espectador de danza por algún tiempo más, a escuchar algunas propuestas,  y quizá le anime el admirable relato de Paul Valéry en su Filosofía de la danza , que a su entender, «la Danza no se limita a ser un ejercicio, un entretenimiento, un arte ornamental y en ocasiones un juego de sociedad; es una cosa seria y, en ciertos aspectos, muy venerable. Toda época que ha comprendido el cuerpo humano o que al menos ha experimentado el sentimiento de misterio de esta organización, de sus recursos, de sus límites y de sensibilidad que contiene, ha cultivado, venerado, la Danza». Siga en paz.