Un experto afirma que la quema de libros buscaba dominar a los pueblos
El venezolano Fernando Báez realiza un viaje sobrecogedor en su libro Historia universal de la destrucción de libros , que arranca con la eliminación de las tablas sumerias en la cuna de la civilización, y cierra también en Irak, con un suceso muy reciente, la devastación por las llamas de la Biblioteca Nacional de Bagdad. «La quema de libros ha seguido siempre la misma lógica, la de la dominación; borrar la memoria de un pueblo para imponer la de otro. Esa fue la verdadera intención de EE.UU. cuando permitió la destrucción de bibliotecas y museos iraquíes», tras la toma de la capital iraquí por parte de tropas norteamericanas en abril del 2003, señaló a Efe el escritor iberoamericano. Báez recuerda en su libro cómo se quejaba amargamente un profesor de historia de la Universidad de Bagdad al referirse al saqueo e incendio de la biblioteca del centro: «Nuestra memoria ya no existe. La cuna de la civilización, de la escritura y de las leyes, ha sido quemada. Sólo quedan cenizas.» El escritor latinoamericano, que ha participado como asesor de la Unesco en varias expediciones a Irak durante el año pasado en calidad de experto en historia de las bibliotecas, denuncia «que el Gobierno de ocupación dirigido por Paul Bremer destituye a bibliotecarios y mantiene presos a intelectuales por el hecho de ser disidentes con los postulados del nuevo Ejecutivo». Tras el enorme éxito cosechado por Historia universal de la destrucción de libros , editado en España por Destino, se prepara una segunda edición de la obra, en la que Báez demuestra que «todas las culturas, desde Occidente a Oriente, han destruido millones de volúmenes a lo largo de la historia». Pero, lo que más sorprendió al ensayista fue comprobar los numerosos hombres cultos que han participado en la quema de libros «el filósofo alemán Heidegger colaboró en el bibliocausto nazi, Vladimir Nabokov quemó El Quijote ante sus alumnos para dar a entender que era una novela mala y Descartes destruyó todos los libros de metafísica». «La gente culta es la que concede mayor valor a los libros, conocen su importancia, y por ello creen que es mejor destruir todas las obras del adversario».